Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
CON MUCHA CARA / «No hay ambición política de hacer cumplir la Ley de Comercio, como en otras comunidades» / «No me preocupa lo que gano teniendo cubiertas las necesidades» / ¿El cliente siempre lleva razón? «¡¿Qué?!… ¡No y lo sabe!» / «Los probadores hacen de gabinete psicológico» / «Cada vez hay más gente que sólo habla con los vendedores en todo el día»
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RETRATO
Orígenes: Madrid, 1957. Currículo: «Estudié Empresariales y enseguida me puse a trabajar en la tienda de la familia. Me gustaba no por ser negocio familiar, ni porque fuera en la moda, sino porque trabajaba para mí». Lleva siete años de presidente de ACOTEX (Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos), son 800 empresas con cerca de 3.000 puntos de venta. Aficiones: «Me encanta el tenis». Debilidades: «Todas son inconfesables, créame». Virtudes: «Miro el trabajo como si fuera un juego. Y no llevo reloj». Defectos: «Que se encarguen los demás de recordármelos».
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Hoy comienzan las rebajas de verano, que para el sector que representa Hilario Alfaro supone el 30% de las ventas. «Hace unos años era la gran locura, pero hoy la administración regional y municipal permite que otros empiecen antes a rebajar». Su oficio le viene por herencia de sangre; su abuelo tenía una tienda en la Gran Vía ya en 1926, en la que pasó la guerra, «luego se vino a Velázquez esquina con Goya, pero se volvió al centro porque decía que en aquella zona no se vendía».
Pregunta.- ¿Hoy es la gran locura?
Respuesta.- Ya apenas se nota porque la administración deja que otros se adelanten.
P.- ¿Le veo dolido?
R.- No se están haciendo cumplir las fechas de las rebajas. No hay ambición política de hacer cumplir la Ley de Comercio, como en otras comunidades.
P.- ¿Tan mal andamos?
R.- Nos agarramos al clavo de la libertad que, al final, se termina convirtiendo en algo muy exótico.
P.- ¿El consumidor pierde?
R.- Con tanta rebaja y oferta especial se le intenta engañar.
P.- ¿Quiénes rebajan hoy?
R.- Los que cumplimos la ley que dice que es el día fijado, aunque hay gente que lleva un mes con rebajas adelantadas, y la administración mira para otro lado.
P.- ¿Ustedes no ganan?
R.- En el pequeño comercio incluso se vende por debajo del coste, sirve para quitarte un producto perecedero, hacer liquidez y dejar espacio. Tienes que hacer el doble de caja para vender lo mismo.
P.- ¡Qué pena me está dando!
R.- Somos una obra benéfica (risas).
P.- ¡Un empresario llora!
R.- Y un comerciante con mucha más razón. Pero en el comercio se puede ganar mucho dinero, si tienes imaginación.
P.- ¿Se lleva bien con el jefe?
R.- ¡Siempre mal!, me miro al espejo y ya lo sé. Además, no me preocupa lo que gano, teniendo cubiertas las necesidades.
P.- ¿Benefactor como Bill Gates?
R.- Nosotros tenemos el Proyecto Estela para colocar en comercios a chicos con Síndrome de Down que sean mayores de edad. Hoy son 78 los que han encontrado trabajo.
P.- ¿El madrileño es rebajista?
R.- Cada vez menos, ya no existe la necesidad de antes, somos más hedonistas.
P.- ¿Compramos mal?
R.- No, pero sí de forma caprichosa. En julio, con 250º C en la calle, se venden abrigos de piel.
P.- ¿Usted compra en rebajas?
R.- ¡Nada!, ni ahora ni fuera de las rebajas, soy muy mal ejemplo para mi sector. Soy un auténtico desastre.
P.- ¿Se puso mono para la foto?
R.- (Risas). Yo creo que sí, mi armario está lleno de camisas viejas.
P.- Entonces, ¿las rebajas son un mito?
R.- Son una necesidad de los comerciantes.
P.- ¿Y los que se agolpan en los grandes almacenes?
R.- Seguro que están en nómina de esos mismos grandes almacenes, no le quepa duda.
P.- ¿Todo se vende?
R.- Todo tiene su precio, ¡hasta nosotros!
P.- ¿Todo es oferta y demanda?
R.- Así es, y adelantarnos a esa oferta para potenciar la demanda.
P.- ¿Dónde queda la poesía?
R.- El sector textil está lleno de poesía, nosotros vendemos vanidad, color, optimismo. Los probadores hacen de gabinete psicológico.
P.- ¿Con espejos adelgazantes?
R.- Cada vez hay más gente que sólo habla con los vendedores en todo el día. Es muy triste.
P.- ¿Son un confesionario?
R.- A veces salen conversaciones que van más allá del «¿qué tal me queda?». Es otra de las funciones que realizamos y de la que nunca se habla.
P.- Dan para un libro…
R.- Quizá con la historia de la tienda de mi abuelo en la Gran Vía, donde mi padre pasó la guerra. Un pequeño comercio que atravesó un obús, de lado a lado.
P.- ¿La felicidad es una bolsa grande?
R.- Consumir y comprar sin sentido produce angustia. Pero yo no tengo clientes así.
P.- ¿El cliente siempre lleva razón?
R.- ¡¿Qué?!… ¡No, y lo sabe! (Risas).
P.- ¿Los ricos gastan más?
R.- Los ricos que conozco son lo más rata que hay. Siempre que he tomado café con uno he pagado yo.
P.- ¿Por qué no hay rebajas de pompas fúnebres?
R.- Porque nos pillan en un momento muy bajo, sino seguro que discutiríamos por el precio.
P.- ¿Es buen empresario?
R.- Yo disfruto, igual a veces el traje de empresario me queda grande.
P.- ¿Le pregunto a sus empleados?
R.- No, ¡tampoco hace falta! (Risas).
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Etiquetas: el mundo, entrevista