Huele a pelea

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En el patio de mi colegio, cuando alguien bajaba chulito, se decía: «aquí huele a pelea», creo que copiamos la expresión de alguna película del oeste, jamás llegamos a oler a pelea aunque si se vieron algunas tarascadas sin graves consecuencias. La ley del patio, de cualquiera de ellos, dice que si te metes con todo el mundo a la vez al final te la cargas. George Bush está teniendo un final de curso muy nervioso, no contento con pacificar Irak de una manera muy extraña, ahora se empeña en aguantar la mirada de Ahmadineyad, que es otro egregio peligroso que tiene poca vergüenza, un ejército dispuesto, uranio enriquecido y Alá de su parte.
Por lo tanto Bush se la puede cargar en cualquier momento porque para chulo un hijo de la revolución jomeinista. Lo siguiente que pasaba en el patio cuando alguien decía que olía a pelea es que desaparecían los bocadillos, en este otro colegio global el miedo sube el precio del petróleo, está claro que cada uno defiende lo que más aprecia. El barril de Brent se paga a precio de rescate de un secuestro, 74 dólares lo convierten en un artículo de lujo.

Pacificar el mundo a base de tomahawks y mandobles debe ser agotador incluso para un tipo tan duro como el presidente George Bush al que no le tiembla el pulso, por lo tanto no resulta extraño que Condoleezza Rice esté loca por dejar la política y dar conciertos de piano, ella es la pianista en este patio de gañanes. Su imagen en el despacho, con los dedos en las sonatas de Schumann, mientras el jefe le inunda de expedientes de guerra le convierte en la Wladyslaw Szpilman de la película de Polanski; bombardean luego sonamos. Lograr que el miedo no te agarrote las manos y no te haga perder ninguna nota es lo meritorio. Por su parte el presidente iraní se declara un furibundo defensor de la paz, pero su manera de tocar el arpa es mostrarse ante un desfile militar y extender el catálogo de bombas sobre la acera en un top manta del buen soldado. A un lado del patio un loco iluminado y en el otro un tipo con malas pulgas, mal empieza la pelea.

Los efectos de la tensión en los mercados se reflejan inmediatamente en las bolsas, pero no está tan claro como se mide la ansiedad en los individuos afectados por la tensión. En el fondo Bush provoca un estado de inquietud permanente en las relaciones internacionales, no hay política de aguas quietas, por eso nunca dejará de buscar pelea, por eso la ha tomado ahora con el presidente iraní. Y tal vez por la misma razón no sepa cómo solucionar los conflictos que empieza, de ahí que su secretaria de Estado prefiera a Schumann.Por si acaso, por lo que pudiera venir, no estaría mal tomar unas clases de piano.

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