Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
A Antonio Banderas le gusta la Semana Santa y a la gente le gusta Antonio Banderas. El primero sale por devoción y los segundos para cumplir con los preceptos del mitómano. Banderas recorre las calles de Málaga bajo una faraona (un paño sin capirote) para que le dejen en paz y el concurso de moda es saber cuáles son los ojos de Banderas. El mérito del actor es que cada año regresa para disfrutar de lo que más le gusta, sin importarle que le den la paliza ni renunciar a sus tradiciones, incluso ha conseguido que Melanie llore al paso de los tronos como si hubiera nacido en el Perchel (que es la Triana de Málaga). Banderas maniobró como capataz de la Virgen de Lágrimas y Favores, que pertenece a la cofradía de Fusionadas (nada que ver con Botín, es otro tipo de fusión canónica), y el jueves se esconderá bajo las andas de La Esperanza.
Favores y lágrimas salen también de la cárcel de Alhaurín donde conspiran al sol los presuntos de la operación Malaya. Esta tarde un preso, un compañero de patio, quedará libre gracias a una pragmática de Carlos III que permite a la cofradía de Jesús El Rico excarcelar a un condenado cada Miércoles Santo. La divinidad ha pasado por alto a la banda de los marbellíes para fijarse en un hombre que cumplía condena de tres años por un delito de lesiones y del que sólo conocemos sus iniciales: J.M.G.G. Un año más se volverá a repetir el ritual cuando la cofradía se pare y del portón salga un nazareno con la cara tapada que irá delante del Cristo toda la procesión para terminar la comitiva como ciudadano libre. Desde 1765 viene ocurriendo así. Las rápidas diligencias policiales, tanto en Marbella como en Ubrique, están provocando repentinos y acelerados cambios de fe, ateos de carné hoy rezan todo lo que pueden para salvar sus cuerpos, lo del alma ya se verá más adelante. El milagro anual es la liberación del preso en Málaga pero las pequeñas proezas de los presuntos tampoco son mancas, como la de ese policía municipal detenido en la operación Karlos (en adelante operación Campanario) que, a pesar de tener una invalidez permanente, conducía un porsche; no se conoce milagro mayor: los ricos piden pensiones de invalidez, los cojos compiten en rallyes y el baño de la alcaldesa de Marbella sin alicatar.
Las peticiones para el año que viene abruman a Jesús El Rico, en el cielo estudian poner lista de espera, «¡orden!» se le escucha decir a San Pedro. A presunto por Semana Santa harían falta varios siglos para liberarlos a todos pero hay gente dispuesta a insistir.Pero que conste que el único cofrade con tradición es Antonio Banderas, los demás son unos advenedizos. Es el único caso donde un actor va por libre mientras que los presuntos, aprendices del capo provenzano, darían la vida por un papel de extra con derecho a vela en la procesión de su libertad. Se tendrán que conformar con escuchar los tambores detrás de la tapia.
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