Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Estimados padres en proceso de adopción de niños rusos: Kafka vive y a ustedes les ha tocado el papel de secundarios en El Proceso, absurdo pero cierto, canalla pero real, malditos sean los que anteponen la burocracia enrevesada a la adopción de un niño. Hoy es lunes, (esperemos que al sol) en un orfanato de Siberia donde sus hijos ven pasar las estaciones del año con la mirada plana que tienen los huérfanos, y mientras tanto sus 10 cuartos vacíos esperan en Madrid a que la casa se llene de voces infantiles. Un trámite de adopción que en otras circunstancias ya estaría resuelto, se complica por una juez absurda y partidaria del agotamiento administrativo de las partes implicadas en el proceso. Pero si todavía hay esperanza es porque ustedes se lo están peleando: ocho informes médicos distintos, certificados extraños, pólizas redondas, viajes, hoteles, traductores, psicólogos, petición de días en la empresa, pasillos interminables que terminan en puertas cerradas y pruebas judiciales que harían perder la fe del mismísimo Job. Si la condición de padre se adquiere por tener ganas de ocuparse de un hijo, ustedes son los mejores padres del mundo.
Sobre el afecto no se puede echar hiel porque no fragua, por lo tanto me consta que seguirán hasta alcanzar el objetivo de hacer madrileños a la banda de los 10 que hoy no hablan español pero que en el futuro serán tan castizos como demanda la calle de Alcalá. La togada de Irkust podrá ser juez pero ustedes son padres desde el momento en el que han conocido a los que van a ser sus hijos, sin dudarlo apostaría mi reino porque ganan la partida. Es lamentable ponerse a pensar qué comerán hoy esos chiquillos, quién se ocupará de peinarlos y de repasarles la lección, qué funcionario les mirará con cariño. Duele más la indiferencia que el abandono, y aunque estoy convencido de que moral les sobra, supongo también que vivirán momentos de amargura porque cuando llora un niño sus padres lo escuchan aunque él esté en Siberia y ellos en Arganzuela, (ese dato debería figurar en alguna parte destacada del abultado expediente).
Pasa el calendario, marzo está a punto de doblar por el cabo de abril y la jueza de Irkust, (verdadera madrastra de la segunda parte de Blancanieves), disfruta con hacerles la vida imposible.Me gustaría que la autoridad autonómica y nacional se diera una vuelta por sus casas para ver las 10 camitas vacías que esta mañana siguen libres, los peluches con la etiqueta y los armarios con la ropa recién planchada. Un beso y ánimo, el afecto está de su lado.
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