Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
La rebelión ciudadana de los parquímetros lejos de apagarse continúa: Carabanchel y Fuencarral no se rinden. En esa lucha desigual los vecinos tienen derecho a dar voces pero no coces, no es de recibo derrumbar parquímetros a patadas, ni poner silicona o pintar las rayas de blanco. Tengan en cuenta que lo público se sufraga con dinero de todos.
Ampliar la zona SER era una de las propuestas que llevaba el alcalde en su programa electoral, por lo tanto es una medida anunciada y votada, se entiende mal el revuelo cuando el personal votó en conciencia. Por su parte la oposición debería aclarar si, en el caso de que llegaran a la Plaza de la Villa, suprimirían esta medida que tanto ha mejorado el tráfico en el centro de la ciudad.
Discernir entre qué barrios son estratégicos y cuáles no es meternos en un laberinto sin salida. Si llegara el caso en el que el Ayuntamiento cediera y eliminara los parquímetros de Carabanchel y Fuencarral, vecinos de otras zonas podrían pedir lo mismo, e incluso los del centro exigir que se les devuelvan un par de años de pago.
Pero la voz de la calle pide a gritos que se eliminen los parquímetros y uno no puede gobernar contra la razón y sus ciudadanos. Cuidado con las revueltas populares, una muy famosa en Rusia empezó por el precio del pan y terminó entrando en el palacio de los zares.
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Etiquetas: madridiario.es, opinion