Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
«Las obras son para los jóvenes, a nosotros, los abuelos, nos joroban» / «El mayor no es que no vaya rápido, es que tiene un ritmo más lento» / «Hay cada viejecito con un carácter de abrigo» / «Un buen sexo creo que es muy bueno, eso de que los mayores sexo no ¡qué va!» / «Pasé una noche en Festimad, rodeada de gente joven. Vestían muy mal, pobrecitos»
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RETRATO
Orígenes. Alicante, 1934. Currículo. En el año 1997 fundó la Avocación de Abuelos con Marcha, donde reivindica la figura del abuelo como unidad de la familia. Fueron capaces de reformar una ley para que los abuelos pudieran ver a sus nietos (en el caso de padres separados). Ha sido dama auxiliar de la Cruz Roja y psicóloga clínica. Es la creadora de los Premios Abuelos de Honor, entre ellos José Luis Sampedro. Aficiones. «La gente y la música, menos la de mis nietos». Debilidades. «Me gusta vivir, aunque suene cursi». Virtudes. «Generosa, y amable». Defectos. «El desorden y, a veces, tengo muy mala leche».
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Ella es su propio anuncio: parlanchina, inquieta, castiza y marchosa como exige su asociación. Subraya que una cosa es ser abuelo y otra viejo, ¡no vayamos a faltar! Al teléfono de su casa llaman abuelos que piden orientaciones, habitualmente referidas a los nietos. Marisa Viñas es un trueno, pero esa capacidad no la ha desarrollado con la edad, parece que venía así de serie.
Pregunta.- ¿Aburrimiento viene de abuelo?
Respuesta.- No, no, no para nada. Me niego a eso de abuelo igual a viejo.
P.- ¿Molan los viajes del Imserso?
R.- Gracias a ellos se arregló un problema de paro que tenían algunos lugares costeros. Llenaron autobuses con mayores y allá que fuimos.
P.- ¿La edad es una puñeta?
R.- Llevo muy bien la vejez. Claro que me gustaría que me dolieran menos las piernas, pero no me pesa la edad.
P.- ¿La vejez es una fea palabra?
R.- Lo terrible es el significado, todo depende del tono que le pongan.
P.- ¿Le gusta cómo está Madrid?
R.- Soy una enamorada de esta ciudad desde que era niña, cuando me entusiasmaban Felipe II y Juan de Austria, Jeromín.
P.- ¿Antes era más amable?
R.- Yo le reprocho al alcalde que nos haga tanta obra. No conduzco porque no me gustan las máquinas, voy en taxi y padezco los cortes de calles.
P.- ¿No va a quedar estupenda?
R.- ¡Sí, pero yo no lo veré! (risas), las obras son para los jóvenes, a nosotros, los abuelos, nos joroban.
P.- ¿Les dejan cruzar tranquilos?
R.- Bueno, tenga el cuenta que el mayor no es que no vaya rápido, es que tiene un ritmo más lento.
P.- ¿Qué echa en falta?
R.- Pediría que rebajaran algunas escaleras para no caernos, me he caído dos veces.
P.- ¿Nació siendo abuela?
R.- ¡No, nací siendo niña! (risas) Pero según una de mis tías, ya desde pequeña organizaba cosas.
P.- ¿Cómo era su abuela?
R.- Una señora que tuvo 12 hijos, vestida de negro, con escoliosis y sentada ante una gran mesa de camilla.
P.- ¿Es cansado ser tan marchosa?
R.- Sí, a veces voy a cosas que no me apetecen, reuniones por la mañana muy temprano. Yo desayuno y vuelvo a la cama.
P.- ¿Dice tacos?
R.- ¡Claro, sí, sí! Pero en mi época se decía moño con cé, que es lo mismo pero queda más mono.
P.- ¿Lo pasa bien?
R.- De lo único que no me quiero morir es de aburrimiento.
P.- ¿Marchoso viene de chándal?
R.- Es muy cómodo, lo tengo pero soy más de ir con batones por casa, aunque mis nietos se metan conmigo. No es un camisón, yo voy como la Begún.
P.- ¿Nieto es el que pide dinero?
R.- Vienen cuando les conviene y también les llamo para que me pongan un trabajo, en ese caso les pago por el servicio.
P.- ¿Era simpática la abuela de la fabada?
R.- Encantadora como aquel viejecito del anuncio de ¡qué, ¿el Madrid otra vez campeón de Europa? Luego lo sacaron de promoción y perdió todo el encanto.
P.- ¿Resultó soso?
R.- Todo la gracia que tenía, al verle al natural resultaba la cosa más anodina.
P.- ¿Los viejecitos son encantadores?
R.- Hay cada viejecito con un carácter de abrigo, cuando me dicen de alguien que está solo me gustaría saber por qué se peleó con sus amigos. En la vida tienes lo que te ganas.
P.- ¿Conoce lo que hacen los jóvenes?
R.- ¡Hombre si pasé una noche en un Festimad de Móstoles! rodeada de gente joven. Lo pasé estupendamente: vestían muy mal, pobrecitos míos.
P.- ¿Usted de cuero?
R.- No, iba normal como siempre. Aquella música era terrible.
P.- ¿El doctor Iglesias era de los suyos?
R.- ¡Era encantador! Le veías y te alegraba el alma. Se inventaba novias para que los pobres periodistas que le esperaban tuvieran una cosita que decir.
P.- Disculpe, ¿pobres periodistas?
R.- Para mí son los que esperan horas bajo el frío a que aparezca un famoso. Conste que ABUMAR tiene un premio de la prensa y estoy agradecida con los medios.
P.- ¿El sexo ayuda a ser feliz?
R.- Tener un buen sexo creo que es muy bueno, eso de que los mayores sexo no ¡qué va! Una vez le dije al médico: no entiendo lo de mi tensión porque ni bebo, ni fumo, ni voy con hombres.Y me dijo: quizá por eso (risas).
P.- ¿Le dejan sitio en el autobús?
R.- No, pero tampoco me dan créditos los bancos por mi edad (risas).
P.- ¿Qué le pediría a un genio?
R.- Un poquito más de salud y un poquito más de dinero.
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Etiquetas: el mundo, entrevista