Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Los de la NASA son unos pringados, para analizar restos de vida extraña no hace falta enviar una sonda a la lejosfera a recoger polvo estelar (además si la Stardust hubiera sido verdaderamente inteligente no habría regresado nunca). Para captar momentos marcianos basta con lanzar una misión a la M-30 de Madrid, ese tumulto de cemento con agujeros negros y baches donde un extraterrestre pasaría completamente desapercibido, un paisaje ideal para una ópera llena de nibelungos. Está visto que sólo creen en la otra vida un reducido grupo de personas con fe y el alcalde de Madrid que nos tiene prometido un futuro mejor ya veremos cuándo, por el momento pica y calla. La M-30 es el parque temático de las emociones fuertes capitalinas, ya hasta programan excursiones de valientes y también la principal fuente de ingresos de los talleres de rosca y chapa. En uno de esos lugares, en el llamado «nudo supersur» (referencia literaria a las leguas submarinas de Julio Verne), se montó ayer un caos de primera magnitud. Israel y Olga estaban atrapados con su coche, no por vicio sino por necesidad, se dirigían al 12 de Octubre a tener un hijo. Pero la naturaleza no entiende de horas punta y Olga rompió aguas cuando peor se estaba poniendo el tráfico: nieve, frío, bocinas y motores en ralentí.
Israel salió del coche y a base de silbidos consiguió detener una ambulancia. Un vehículo sanitario puede parecer un lugar seguro siempre y cuando no se vea envuelto en el tráfico de Madrid, así que entre lágrimas y contracciones vino al mundo la primera madrileña nacida en cautividad, en la red para cazar moscas que ha trenzado el alcalde Gallardón. Si los padres tuvieran sentido del humor y ganas de faltar le pondrían a la niña Tania María de la M-30 de Todos los Atascos Santos. La Comunidad de Madrid tiene un ambicioso plan para levantar nuevos hospitales en la región, ¡como si levantan una carpa de circo, si no puedes llegar por culpa del tráfico te da igual! En lo sucesivo deberán poner carteles que impidan el acceso a mujeres embarazadas a partir del sexto mes en la carretera de circunvalación. Abstenerse enfermos coronarios y mujeres en avanzado estado de gestación.
Zapatero ha estado lento de reflejos, para tramitar el Estatut le debería haber pasado el texto a Gallardón para que a su vez lo sometiera a las pruebas de fuerza y carga con esa enorme tuneladora que se trajeron de Alemania, una máquina que se come la tierra sin dejar de dar bocados nunca, nieta del cañón Gran Berta que amenazó a París. Y, al cabo de unos meses el Estatut habría sido devuelto al Parlamento catalán hecho un pimpollo, con cuatro carriles a cada lado y asfalto antideslizante. Por supuesto que habrían dicho que el texto quedaba desvirtuado igualmente, pero después de 12 meses de taladradora y porrazos hasta Job baila merengue.
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