Oficio de mitómano

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Madrid es una ciudad maravillosa que da para mucho, igual te encuentras a un trilero en la Gran Vía que a una actriz en horas bajas haciendo como que fuma, pero sin cigarro, en el Café Gijón. En este Madrid de los espejos apaisados hay estampas de metro con princesas desahuciadas y otros animales en extinción. El normal de los transeúntes apenas se fija en ellos, a los ojos del otro somos galería imperfecta de pasajeros. Sólo un coleccionista de mitos, un mitómano, tiene la sutileza de archivar recuerdos como si fueran mariposas del Museo de Ciencias, (ese gran caserón a espaldas de la Residencia cuyo elefante disecado escuchó, en su juventud, tocar el piano a Lorca).

Alvaro Lodares es un mitómano que colecciona libros de todos los que en el mundo de la comunicación son. Si en algún momento quisiera repasar los textos de Lorenzo Díaz, de Raúl del Pozo, Carlos Herrera o Angel Antonio Herrera no tendría necesidad de acudir a la hemeroteca, bastaría con pedírselo a Lodares. El oficio de mitómano tiene mucho de monje amanuense: hay que ordenar, clasificar, mantener los escritos en estado libre de ácaros. Si los cursos de verano de El Escorial anduvieran despiertos no estaría mal montar un seminario de mitología contemporánea. En Asturias está Ander, ese joven que tiene autógrafos desde Salman Rusdhie con gafas oscuras a la princesa Letizia cuando andaba en prácticas en los telediarios. Luego fue el propio Príncipe el que le hizo la foto con la ya entonces “su santa”.

Lodares es mitómano de aquí. Ignoro qué hace en el tiempo libre que le queda después de andar a la caza del artículo, libro o comentario. De haber nacido antes sería personaje de La Colmena, a Cela le hubiera gustado incluirlo en su galería de madrileños en tránsito. Madrid es ciudad río por la que pasa la gente a velocidad de látigo, por la noche entran los cocheros con un tiro de caballos de Toledo y se llevan los recuerdos lejos.

Seguro que cuando lea este suelto Lodares lo recoge y lo añade a su colección.

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