Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Estimado e ilustre pajillero: los hay que tienen la vocación bien marcada desde pequeños. Lo suyo es como los ladrones románticos que robaban para dárselo a los pobres; usted asaltaba casas para ayudar al desarrollo económico de las empresas con números eróticos.La noticia de su detención ha causado asombro en El Escorial y créame que más estupor entre en los empresarios del onanismo telefónico. En las esquelas sentimentales del día podemos leer: «Desirée, Mimí y Gata Parda lamentan la pérdida de tan buen cliente y hacen votos por su pronta puesta en libertad». Dicho con franqueza, y ahora que llevamos conociéndonos varias líneas: es usted un guarrete de tomo y lomo que se ha gastado trece mil euros en jadeos y palabritas subiditas de tono, ¡pero hombre de Dios, no se ha dado cuenta de que las conferencias salen caras! Aclaremos: ¿llamaba a un número erótico o les hacía una encuesta a sus trabajadoras? Por el montante de lo gastado parece que ya había entre usted y las operadoras un trato de confianza, primero les preguntaba por los chicos, por la vida, les felicitaba el cumpleaños y luego ¡hale, a la faena que para luego es tarde!
Billy Joel compuso El hombre del piano, balada de exquisito gusto musical pensada en la imagen de un solitario músico de bar, usted es el hombre de la mano, (alguien de nauseabundas intenciones).Por otra parte ignoro por qué la policía ha especificado lo que hacía en las viviendas, podía haber hecho la vista gorda en la nota de comunicación. El detalle de su onanismo compulsivo añade un punto de asco para esos propietarios; ahora que saben a lo que dedica el tiempo libre tendrán que mandar las cortinas al tinte. Mala noticia para los vecinos de Las Zorreras de El Escorial, ¡pensar que anduvo por el salón chiqui que chiqui como un fauno salido y faltón!
El juez es quien decide de qué manera deben comparecer los acusados en su presencia; en su caso lo tengo claro: con las dos manos en la espalda por si le da por tener pensamientos impuros. Piense que una gayola ante Su Señoría está contemplada en el Código Penal como desacato. Haga lo posible por sacar cara de buen chico y aleje los malos pensamientos para que la condena le sea más leve. En otro caso le van a juzgar dentro de una jaula de cristal por aquello de mantener la integridad del tribunal a salvo.
Si tuviera la suerte de salir absuelto no se extrañe cuando su abogado se niegue a darle la mano; no es nada personal sino costumbres españolas.
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