Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Estimadas y doloridas boxeadoras madrileñas: en estos días en los que el personal anda de resaca de las cenas de empresa, a vosotras os duele hoy el cuerpo pero por otros motivos. El boxeo es uno de los deportes olímpicos más antiguos que se conocen y cuyas escenas decoran objetos de cerámica en los mejores museos del mundo. Los deportes han evolucionado (los atletas no corren en pelota picada para alegría de las casas de ropa deportiva) y lamentablemente lo que menos ha mejorado con el tiempo es el boxeo, mucho de afición y bastante de circo, donde uno puede buscar la gloria pero cruzarse por el camino con una lesión.Circo también porque fuera de vuestro cuadrilongo se alzan las apuestas y es el reino de los managers; en muchos países las mujeres aún no tienen edad para votar pero sí para romperse la cara con unos guantes. Dentro de las cuerdas está la verdad, la única, la que vosotras conocéis bien y os molesta a la hora de poneros la ropa.
El boxeo deja muchos muñecos rotos por metro cuadrado. Se le podría aplicar la frase de Chesterton referida al Periodismo: «Es el mejor oficio del mundo con tal de dejarlo a tiempo». Pepe Legrá fue Dios de ébano y terminó de rey mago en la tele para llegar a fin de mes, Perico Fernández sobrevive a duras penas, incluso el malogrado Pedro Carrasco se salvó por la campana de las exclusivas y de la prensa del corazón, (Urtain El Morrosko no soportó mirarse al espejo y se bajó del mundo por la vía de urgencia), Poli Díaz hasta rodó una porno. No se le puede exigir a un deportista que se expone en cuerpo y muerte que además tenga cabeza para acertar con el plan de pensiones, cada combate es un mundo y quién sabe lo que pasará mañana. Es muy canalla que con vuestros moratones se lucre gente que se dicen amigos pero que sólo tienen de auténticos el diente de oro y el reloj de la muñeca. No es de recibo que recibáis puñetazos en el ring y luego bofetadas de la vida, para ese combate no hay entrenador que os pueda dar un consejo.
Espero que los títulos conseguidos ayer os valgan en vuestra carrera y que el único daño os venga por los combates, no por daños colaterales. Hay deportistas que venden camisetas y otros que se lo gastan en vendas, así es el negocio. Por un lado las ganas de triunfar y por otro la salud que vosotras firmáis en un cheque en blanco, a partir de ese momento que sea lo que la suerte quiera. Más bofetás da la vida pero en ningún caso pongáis la otra mejilla. Mucho ánimo y mucho hielo también.
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