Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Su Eminencia alerta
Estimado Cardenal de Madrid, Eminencia: le comprendo perfectamente en la campaña que ha iniciado para que los fieles no se lleven la hostia a casa. Aquellos que comulguen poniendo la palma de su mano izquierda extendida deben tragar la sagrada forma en la misma iglesia, y nunca llevársela escondida. Primero no tiene sentido y después se presta a asuntos turbios. Para el cristiano la sagrada forma es el cuerpo de Cristo que ha sido consagrado en plena liturgia, no hay otro símbolo superior, por lo tanto hace bien en defenderla y corregir a los que de ella hagan mal uso. O peor aún: ante los que de manera perversa la utilizan con fines satánicos; no hace mucho en San Fernando de Henares robaron directamente del sagrario. Es duro decirlo pero existe un comercio de segunda mano de la hostia consagrada, un manta con tremebundas intenciones que a nadie benefician. Unos hacen de hechiceros del mal y otros se lucran con vergonzosas artimañas.
Los símbolos hacen a una sociedad, y en la nuestra la comunión es el eje central de la liturgia cristiana. Incluso los que viven alejados de la religión sienten un respeto prudencial por los símbolos religiosos, entre otras cosas porque la vida laica también está llena de ellos. A nadie en su sano juicio se le ocurre robar una forma, o molestar cuando se celebra misa. Pero es posible que algunas ovejas caritativas, algunos cristianos de buena fe, se presten a dar una de ellas a terceras personas sin conocer qué uso harán de la misma. Igual les cuentan una historia de desvalidos para ablandar sus corazones. El diablo es una empresa milenaria también, una de las primeras multinacionales que existen, no descansa nunca y aprovecha cualquier resquicio para actuar.
Para que esta carta no parezca un sermón, (le prometo que no es la idea, en todo caso hago de monaguillo ocasional, mayor y calvo), me uno a su campaña para evitar que otros hagan un uso perverso con el primer símbolo de los cristianos, dicho sea con el respeto que sentimos los ateos.
En su misiva de fin de semana deja la vigilancia en manos de los que acudan a misa y vean que otra persona se guarda la forma en el bolsillo, (es posible que haya ovejas descarriadas como también hay ovejas torpes que por error cometen una mala acción.El infierno está lleno de buenas intenciones, ¡qué le voy a decir a Su Eminencia que no conozca!). La forma se toma directamente del oficiante, o se recibe en la mano, pero en ningún caso se guarda para una mejor ocasión.
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