Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Amigo conductor: seguro que se ha dado cuenta de que hoy es el Día sin Coches al encontrarse con su atasco matutino habitual; cada año le pasa a miles de conductores. Es posible que aquello a lo que se destina una fecha caiga automáticamente en el fracaso, como el Día de los Enamorados tan carca y tan antipático. Y eso que en esta ocasión el Ayuntamiento ha sembrado Madrid de trampas para que nos dejemos el coche en un socavón o en un recoveco del safari de la M-30 (me cuentan que los sioux asaltan a los vehículos lentos por la parte del Manzanares). Oiga, desde las más altas instancias han hecho lo que han podido, incluso el Gobierno subiendo el precio de los carburantes, pero no hay manera: no sin mi coche. Uno empieza a sospechar que el vehículo es alguien más de la familia, de ahí el apego incondicional, el amor a primera letra. Y mira que lo ponen difícil, pero en el fondo nos va la marcha y sin las cuatro ruedas nos sentimos el mono desnudo, (y dentro del coche el mono temerario).
Falta publicidad, podía haber aprovechado Trinidad Jiménez su paseo en bicicleta para adelantarnos una frase recordatoria.Esto igual se arregla con unos cuantos anuncios de Antonia Hernández Peralta (Perlita de Huelva) con su voz de alcanfor: «precaución amigo conductor, la senda es peligrosa, y te espera tu madre o esposa» (toma verso posmoderno). Si se lo llegan a decir a Santiago Segura, ahora que está de promoción de la nueva torrentada, igual saca unas camisetas confeccionadas para el evento. Válgame san Cleto lo que es la tozudez del conductor, basta que le prohíban una calle para que intente asomar el morro a ver si cuela. Cuando acaben con la adicción al tabaco (y de paso con los fumadores), que empiecen una campaña para dejar el coche. Hace falta una terapia de choque antes de que los niños empiecen a nacer con airbag lateral, ABS y elevador de mocos eléctrico.
Cabe la posibilidad de que aún estemos a tiempo y se percate y, persuadido por el mensaje cívico, deje el coche en casa, al menos hoy. No se le pide que haga grandes machadas ni que camine al trabajo como un integrante de la larga marcha roja de Mao.Pruebe la eficacia de los transportes públicos, disfrute del placer de ser llevado. No desdeñe el mensaje, no se ponga ni farruco ni farruquito, haga como Fernando Alonso, que sólo saca el coche los domingos y a la hora del aperitivo. Es por el bien de sus pulmones y también por la capa de ozono que anda despeinada.Buena parte de culpa de la sequía la tienen los egoístas de la calzada. Al menos recuérdelo el año que viene.
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