El ciudadano cabreado

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Estimado quejica vocacional… le van a dar el premio a la constancia.8.550 reclamaciones ha presentado usted ante la Junta del Distrito Centro, donde ya entra como Pedro por su casa. Nada más verle desde la esquina, los funcionarios sacan el papel y le esperan con el bolígrafo en la mano. Su lucha consiste en demostrar que en Madrid se venden objetos robados y falsificados y que hay comercio de drogas en lo que hábilmente bautizó este periódico como Guarrerías Preciados. Menuda cosa, dirán algunos porque les parece obvio, pero usted lo que hace es cumplir con su deber de buen ciudadano y de paso «darles por la instancia» a los que no le hacen caso.
Busca un puesto en el Rastro y sin querer se ha convertido en el Eliot Ness del cutrerío comercial urbano, de esos bajos fondos en los que circula el parné de la economía sumergida, donde las deudas se pagan con sangre y los objetos no tienen licencia ni garantía. Sepa que estoy con usted, estimado señor J. (letra que será en homenaje al santo Job): la mejor forma de luchar contra la burocracia es paralizarla a base de instancias, cuantas más mejor; échele 10.000 más hasta que se les agote el papel.Jorge Manrique estaba convencido de que nuestras vidas eran ríos que iban a dar al mar, pero aquí me hubiera gustado ver al poeta: ¿A dónde van las instancias que presentamos a la administración local? El agujero negro de la antimateria, esa puerta oscura por la que se cuelan las naves tripuladas de Star Trek, debe existir, y por lo que sabemos no debe estar muy lejos de la plaza de la Villa.

Paciencia veo que no le falta, valor tampoco, de ganas anda sobrado y tampoco creo que se achante por el exceso de papel timbrado, algo tan alejado de la poesía. Siga así, porque de paso nos sirve de ejemplo a los demás, a los que nos entra una pereza de gusano herniado acercarnos a un sitio en el que huela a instancia, ya que intuimos lo que pasará después, igual se las traga algún jefe de negociado o van a la carpeta de Urgentes (cuando tienen cinco cajas llenas reciclan el papel para mejores usos). Animo, amigo Job; si me dice el recorrido y horario hasta la Junta del Distrito Centro prometo salir con una bocina para gritarle «¡Olé los valientes!». Estoy convencido de que no estaré solo, el ambiente puede ser el de Zatopec cuando enfilaba el estadio en la recta final de la maratón. Ponga instancias por los demás, hágalo como si fueran velas en nuestro nombre.

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