Espe y Obélix

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Estimada presidenta de la Comunidad de Madrid: ¡menuda semanita! Primero le planta cara a Gallardón y a poco más monta un cisma en el partido a cuenta del Metro. Una vez superado el escollo, ahora a por la ministra de Educación, ¡anda que no! Mientras que el Gobierno de Zapatero se muestra contrario a la Ley de Calidad de la Enseñanza, usted da un paso al frente y saca su Ley con dos narices y un boletín (el BOCAM, órgano oficial de la Comunidad de Madrid). Se pasa por alto las recomendaciones que le sugieren esperar a la conferencia sectorial y hace oídos sordos a la moratoria que plantea Navarra. La Comunidad no quiere esperar más tiempo. La justificación oficial es que el curso que viene tienen que prepararlo y hay que sacar libros de texto.
La maquinaria oficial tiene que alimentar el horno de los docentes para que no se pare la combustión. Usted contra el resto del mundo le otorga estatus de compañera de Obélix en aquella pequeña aldea aislada de los romanos, la que resistía los envites de las legiones sin flojear la moral. La cuestión es saber de dónde saca la pócima mágica para no perder el ritmo, hasta cuándo va a fomentar su aislamiento sin tregua. También la imagino un poco Penélope, que teje durante el día y por la noche deshace para que le dure más el jersey, pero recuerde lo que decía Ortega: que todo esfuerzo inútil conduce a la melancolía. Razones tendrá para aguantar la apuesta, pero tenga en cuenta el desgaste que supondría dar marcha atrás y donde dije digo ahora me tengo que tragar un Decreto Ley del Gobierno de Zapatero. Con todo lo que supone de fracaso de ideas y de imprenta. Valor no le falta y personalidad tampoco, pero igual entre sus filas cunde el desánimo del que escribe versos en la orilla para que luego los borre el mar.

Tenga en cuenta que se ha quedado más sola que la una y que el timón ha cambiado de mano. Aunque le cueste reconocerlo y le salga la ministra de Educación que fue con el primer Gobierno popular. Empecinada y convencida navega ahora contra el viento, aunque me pregunto a qué precio. Titulares en los periódicos no le van a faltar y tampoco presencia en los medios, algo que le gusta especialmente porque los políticos alimentan el debate como los náufragos agitan la toalla. Pero ya que estamos en la semana de Cervantes, calcule vuestra merced si son gigantes o aspas de molino lo que tiene delante, no vaya a lanzar la caballería contra empresas que superan la mano del hombre.

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