Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Angel Cristo quiere mandar la cabeza de su ‘ex’ a la peluquería de los jíbaros / A Fonsi Nieto no le importa que Elsa Pataky se haya ido con un señor de Murcia / Si esto sigue así, a María Eugenia ‘de Alba’ habrá que calafatearla cuando termine agosto.
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Todos tenemos un ángel de la guarda, según nos enseñó Frank Capra en Qué bello es vivir, pero algunos tienen una fiera que les persigue. Tal es el caso de Bárbara Rey, que, en la cena de la Asociación Contra el Cáncer, se presentó de pantera tostada y recordó la canción de Lola: «Tú lo que quieres es que me coma el tigre». Nadie como ella para bajar la escalera que conduce al jardín del selecto club de los Borjamina, nadie como ella para destripar a su difunto domador.
A estas alturas de la película, tiene asumido que las mayores fieras corrupias se dan en la familia de uno. Saturno se merendó a los niños en un acto de aerofagia familiar y Angel Cristo quiere mandar la cabeza de Bárbara a la peluquería de los jíbaros…Lo tiene claro. Milagros de la ciencia, cada año la señora Rey está más bárbara, más joven y con mejor figura. Deben de ser las ventajas del microclima, como dice Carmen Tello (la santa de Curro Romero).
El vestido llamó la atención por lo bestial y lo breve. Recordaba (en lo puramente gramatical, claro) a uno que en su día se colocó la alcaldesa Marisol Yagüe para soltar otra perla marbellí: «Aquí estoy yo con mi traje de leoparda». Aunque la tela pudiera ser la misma, el resultado era muy diferente.
Poco después, se manifestó la gran Sofía Mazagatos (académica de honor de la lengua por deméritos propios), aunque lo suyo fue más breve porque no tiene tigre que la persiga. Dice que va a hacer cine independiente en Canadá, lo cual está muy bien porque así nos la repartimos con los canadienses, no vamos a cargar con todo. Y tras Sofi llegó la presencia de más altura del verano: la duquesa de York, Fergie, la pelirroja que huyó de Buckingham a tiempo para no acabar como una chota. Si todo es proporcional en esta vida y proyectamos la tensión de la familia Cristo a la casa real británica, aquello debe ser una locura.
Fergie demostró su sentido de la lucidez cuando puso pie en moqueta para salir huyendo del baile, no se iba a quedar a perrear con el reggaetón. Además, el título de danzarina del verano lo tiene Nina Junot que se ha hecho un corte de pelo a lo Rafaela Carrá, para que le caiga el flequillo en su sitio por muy extraño que sea el movimiento. Despistado cual pulpo en una lata de fabada hizo acto de presencia Fernando Martínez de Irujo, cenó y puerta.
Stevie Wonder hizo un disco doble que se llamó La vida secreta de las plantas, pues con la vida secreta de las duquesas podíamos hacer un concierto barroco que firmara don Antonio de Cabezón, músico de Felipe II. A Fergie la tenemos controlada en Sotoborja, en casa de María Eugenia Yeregui, una empresaria vasca de buena planta que corrió con el convite del cáncer. Pero estamos sin noticias de M.E.M.I. Maria Eugenia Martínez de Irujo no es Esther Williams ni Harry Houdini, pero le gustan el agua y las escapadas de un mago, ya sea en el maletero de un coche o en la panza de un yate de Cerezo (no sólo hace fichajes en verano Florentino).M.E.M.I. ha descubierto que la mejor táctica para que no la persigan es camuflarse con los peces y por los mares del Sur, atada su cadera a Gonzalo Miró cual Nemo enamorado. Es posible que ambos acaben fatal de la reúma porque, aunque los cuerpos sean jóvenes, la humedad se mete en los huesos; de ahí el celebérrimo catarro marinero que tantos disgustos ha dado. Además, la inmersión prolongada puede producir que se adhieran mejillones, lapas y otro tipo de moluscos. Si esto sigue así, a M.E.M.I. hay que calafatearla cuando termine agosto.
Licorera 23 dice que ella, por Gonzalo Miró, hasta se ahogaba en una alberca con moho. Sostiene una teoría muy personal: cualquier barco que lleve a la duquesa de Montoro va a la deriva y Gonzalo es arrastrado por la corriente, por eso el chiquillo se agarraba a las cadenas con la desesperación de un náufrago, aunque bien pudiera sostenerse con su propio ancla si no la tuviera empleada en otros asuntos más pasionales.
Se teme también que la afición por la copulancia acuática les dé un disgusto: igual emerge un submarino de la VI Flota y se los lleva por delante. Licorera se emociona con Trillo, cree que «al alba y con fuerte viento de Levante» es de Bécquer. Ella quiere que la feliz pareja la contrate para leerles versos desde una zodiac mientras ellos trastean con el amor.
Otras parejas son más fáciles de ver, como la de Fonsi Nieto, sexador de vestales, acompañado por Arianne Artiles en el concierto de Carlinhos Brown en Estepona. A Fonsi no le importa que Elsa Pataky se haya ido con un señor de Murcia (Garci siempre le encuentra un segundo uso artístico a las novias de los demás). Las chicas deberían fijarse en que la moto de Fonsi no tiene sitio para acompañante, como decía ese otro gran pensador de la cuestión salsera, David Cantero: «Cuanto más acelero, más calentito me pongo».
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