Gallardón al rescate

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Señor presidente de la Comunidad de Madrid: si fuera usted un delantero centro tendría a los defensas sentados en el suelo, y con la cintura rota. En una semana en la que Aznar dice que no va a Galicia, (será porque no toca), y en el PP se oyen voces de desagrado por la falta de hechos, usted coge pico, pala y se planta en Galicia con los voluntarios de Madrid. Toma del frasco y para que otros tomen nota. Y si no ha ido antes es porque la Xunta de Galicia ha estado un poco torpe con la coordinación de las ayudas. Hasta que la marea no le llegó a Fraga a la altura de la escopeta de caza, no se dieron por enterados. Ahora, aunque tarde, aceptan la ayuda oficial de Madrid. La otra, la del voluntariado civil ya lleva varios días picando en la mina de la desgracia que es todo un litoral manchado.
Consciente de que la credibilidad política está a la altura del chapapote y que para recolectar votos antes hay que despejar las playas de restos del Prestige, Ruiz-Gallardón se marcha de viaje con una ayuda cierta. En esta crisis ha habido varias etapas: la del desorden y el silencio, la de la rabia y el reproche, y ahora toca la de los técnicos y las soluciones. Y que Dios reparta suerte porque el botijo contaminante tiene argumentos para fastidiarnos durante varios meses, o para explotar y mandar al Nautilus a hacer puñetas, y a los científicos que dijeron que se iba a solidificar, también. No se podía haber hecho peor y así ha salido, a las imágenes del luto me remito. En un cálculo de posibilidades este «hilillo de plastilina» tenía una opción sobre un millón de empantanar nuestras costas, pero lo ha hecho.El Gobierno, tocado por la tradicional baraca de su presidente, se ha ido a sentar en el pajar clavándose la aguja. Incómoda sensación, ciertamente.

Su foto en las playas gallegas, si es que, al final, baja a las playas, (en principio sólo está previsto que vaya a Santiago), será la del primer dirigente del partido popular, (no gallego, ni fumador de puros como Rajoy), que haya pasado por allí. Incluso me atrevo a aventurar que no se limitará a la foto y hasta es capaz de hacer cadena con los voluntarios. Desde el punto de vista mediático el golpe de efecto es magistral. Por lo tanto susceptible de envidia, y también de comentario malintencionado en las filas propias, donde cualquier gesto se analiza con lupa y te juegas que te den badana en la canela fina. Hasta es posible que cuando regrese se una a la oposición para pedirle a Aznar que se vea con ustedes, (perdón por el lapsus): con ellos.

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