Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Estimado y silencioso… alcalde de Guadalix de la Sierra: el 10 de marzo le llega su peculiar inspección olímpica, agentes judiciales levantarán un acta de las condiciones en las que se encuentra la casa de Gran Hermano. Igual (todo es posible) le obligan a desmontar el chiringuito y se queda sin negocio, el programa es una faena para la vecina pero un chollo para el pueblo: gente famosa, coches de lujo, focos, helicópteros. Guadalix vive su segundo Mister Marshall desde que García Berlanga terminara de rodar aquella memorable película. Ahora bien, evalúe usted si le sale más a cuenta pasar a la historia por haber dado cobijo a Pepe Isbert, que era un genio, o a estos concursantes que son una plaga.
Puestos a defender… intereses, tendría que anteponer los de la pobre vecina que vive a escasos 20 metros de la casa de los horrores. El santo Job era un becario comparado don doña Carmen Barrios, que anda hecha un manojito de nervios. Esos mismos coches, focos y helicópteros que causan asombro son su pesadilla. Póngase en su piel y piense lo agradable que debe resultar que tome tierra un autogiro en una maceta de la ventana. Doña Carmen está en un continuo sinvivir con el que es fácil solidarizarse. Además, sepan los programadores de televisión que en doña Carmen han perdido un espectador, ¡anda y que les den tila! se le ha escuchado decir, (mujer prudente). La casa de Gran Hermano para ella es como un submarino en Gibraltar, siempre una visita incómoda.
Llegados al caso… de la expulsión del paraíso, (imagine que el juzgado manda recoger el tenderete), el traslado de los restos mortales de los concursantes no se haría efectivo en la presente edición. Menudo show mover a unas personas que tienen como motivo de vida permanecer quietos, ¡ni el traslado de presos a Alcatraz en los buenos tiempos! En lo que le doy la razón es el uso social de esos terrenos, ¿qué más social que dar ocupación a una cuerda de vagos sin compromiso, haraganes desbragados, intelectuales de fotonovela, meretrices de desplegable y gañanes sin fronteras? Ese suelo es una terapia de rehabilitación para inútiles: entran emborricados, permanecen en celo y luego salen ricos y famosos.Oiga, ni Lourdes.
Sopese si reconciliarse con doña Carmen o ganar unos cuartos de la tele. A partir de ahora el que tenga una parcelita en la sierra se puede echar a temblar, en cualquier momento le instalan la casa. Bien mirado es mejor que se los lleven a la selva: con un poco de suerte no escapan a los leones.
Compartir: