Lo primero que haría una pesona coherente cuando le comunican que le han caido ciento cincueta años de cárcel es: “¿Y los fines de semana también?”. La magnitud de la condena es tal que se antoja cadena post mortem para cualquiera, máxime cuando se tienen setenta años.
Madoff antes de ser ladrón era guardacostas. Es verdad que no se da un aire a los protagonistas de “Los vigilanes de la playa” pero es que igual nunca le hemos visto en traje de baño. De tanto estar en la costa se pasó a tiburón, al otro lado que es la parte oscura de la economía. Los millones le conviertieron en ser implacable dotado de la menor carga de escrúpulos que se conocen.
La cuestión es que con Madoff en la cárcel no se purga el sistema financiero que está lleno de manzanas podridas. Estos capitalistas compulsivos no saben salir de pobres pero se les llena la boca de condenas a los régimenes de economía planificada; alli que van con sus ristra de ajos para conmemorar el veinte aniversario de la perestroika.
En otras palabras que Madoff es un ladrillo más en el muro de Berlín del capitalismo occidental.
Ciento cincuenta años en la cárcel son una larga temporada. ¡Cuando salga ya hablaremos!
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Con razón, ahí aprendió eso de nadar y guardar… y gurdar… y guardar…
Un saludo caluroso, como no puede ser de otra manera.
Al robar que el mundo se va a acabar.
Para no ser ‘vigilante’, curiosamente comparte cierta homonimia con su protagonista, David Haselhoff. Bernie abusaba de sus clientes y David del ‘drinking’. Ambos conducían autos caros, uno en la realidad y el otro en la ficción. Kitt o Knight Rider, dotado de turbo boost -ahora llamado Kers en F1-, que saltaba las tapias como Bernie al hacer negocios.
Demasiadas coincidencias…
Si hicieran aquí el mismo tipo de justicia, no tardarían muchos ‘Madoffitos’ del país, en manifestarse para la reducción de las penas.
Me extrañó el comentario que decía, que tiene una probilidad de vida de trece años, creo, por lo que no se debía sentenciar a más de diez años. No coló, aquí seguro que pasa y se queda incluso sin ir a la cárcel.
Los delitos de guante blanco están bien vistos en nuestra sociedad.
Pero la guasa es, que su Sra. se puede quedar hasta con 2,5 mio. de su fortuna. Quitando lo que probablemente tendrá ahorrado en su país de origen. Los judíos no dan puntada sin hilo.
La justicia es igual para todos, pero a los de la pasta, nunca les perjudica lo mismo. La pena es que muchos otros se van de rositas, porque lo suyo son negocios fracasados y no estafa premeditada como la de este individuo.
Si los estafados fueran pobres diablos igual, no le caía tanta condena. Por lo visto eran casi todos peces exóticos… y tontos digo yo, ¿no sabían que nadie da duros a cuatro Ptas.?