Cuando digo “Hola” es portada, reportaje de dieciocho páginas y a todo color.
Somos unos mitómanos, de eso ya se dio cuenta Florentino cuando empezó a traer galácticos y los campos se llenaban para ver las mechas de Beckham. Ahora llega Carla en calidad de mujer de Sarkozy que el casarse con ella hizo bueno el lema de Ikea: “bienvenido a la República independiente”. Fin de Roma cuando se habla más de las vestales que del Senado.
Carla debe tener un buen descalzar, seguro que pertenece a ese club de mujeres que resumen una cena en el tiempo en el que tardan en quitarse unas sandalias, siempre de atrás hacia adelante, para que el dedo gordo avise a la boca de que ya puede soltar el “¡ay!”.
Carla lleva a Sarkozy encima como la que se pone un jersey por los hombros, y le canta saetas en la intimidad como el que no tiene otra religión más que la amada.
En esta visita oficial Carla representa no sólo a Francia sino a Cleopatra, a Jacqueline Kennedy y así hasta completar la nónima del deseo oficial. Nadie diría de ella que Sarkozy la encontró en un top manta.
Quizá no sea tan alta, igual es que está obligada a dar la talla.
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….Quizá la cosa vaya por la milenaria identificación de la mujer con “el florero”. Te colocan allí, con esas sandalias imposibles de subirse en ellas, y te dicen: “tú te ries de vez en cuando….y ya está…” Sin embargo puede ocurrir que cuando la chica empiece a hablar de lo que sabe, opina o entiende entonces se quite las sandalias, las mande a tomar por c…. y se ponga mucho más cómoda.
Todas tenemos (o tuvimos) un par de esas sandalias que cada vez usamos menos o que hace tiempo tiramos al contenedor porque estaban imposibles de reciclar después de haber estado una tarde, o mejor noche, con ellas…
…¡Ay….lo que hay que sufrir para gustarle a los hombres…..!!!!
Victoria.
A ti demás te dedicó una canción que decía: Rafael tiene aire de ángel pero es un diablo del amor… que en francés suena infinitamente mejor.
http://www.youtube.com/watch?v=dACf2-N32Kg
Nunca me ha dado por ser mujer objeto, no le he visto la gracia, sinceramente, debo ser muy machorra. Aunque no, no creo que lo femenino consista en llevar sandalias destrozapies.
Coqueterías a las que hace tiempo renuncié:
- Una: ir a la peluquería.
- Dos: llevar zapatos incómodos.
- Tres: pintarme la cara, los ojos y las uñas.
Y ¿me podéis creer? (no, seguro que no me creéis) que tengo mucho más éxito entre los varones que antes. Claro que, todo hay que decirlo, a los hombres que intereso/me interesan no son los que buscan una señora para lucirla en sociedad.
Salud.
Adu.
Victoria: es aquello de antes muerta que sencilla, una tontería más de la sociedad del poco raciocinio. El momento más importante de una pareja es cuando ella se descalza, no cuando se calza.
Bárbara: jajaja, es verdad… quelqu´un m´a dit.
Ana: te creo. Sobre todo porque te sientes más fuerte cuando no te pintas con colores de guerra ni viajes en andamios móviles.
Me gusta más esta otra versión: http://www.youtube.com/watch?v=Y3He9BhdWWE
Detrás de Carla, aparece Miguel Sebastián con una vela, paseando de un lado a otro, porque no le quedan bombillas de bajo consumo.
¿Competirá con Sonsoles ‘afinando’ a sus respectivos? No es porque venga de fuera -¡que inventen éllos!, decía Unamuno- pero me gusta mucho esta Bruni, incluso en chanclas y bata de buatiné.
Cuántos clubes de mujeres habrá , cuyas asociadas resumen una cena en cómo se han quitado las sandalias de atrás hacia delante, hasta que el dedo gordo avisa a la boca para el AY¡¡¡????
Mmmmm…..
¿No se te olvida la Sonso, que tanto se puede clavar un chanel como clavar una saeta al más pintao?
(Por cierto, alguien me ha dicho que la Blasco está muy puesta en la obra de la Bruni)
Carmen: ¿Y cuántos clubes de hombres han esperado ese hummm para saber si era sensual o realmente una expresión de cansancio?
Muyseñoresmíos: Bárbara Blasco domina a la Bruni porque ambas son primeras damas, no cabe duda y comparten buen acento, mejor en el caso de BarBlasco porque suena a Poitiers y no a guía turística de Milán como le pasa a Carla Hummm Bruni.
Pues fíjate que no lo se… Pero las mujeres que apuestan por lo sensual , creo, aunque es arriesgado decir esto, que son poco apasionadas. Las mujeres apasionadas se quitan los zapatos en un plis plas. Por cansancio, claro.
Y los hombres, pues a veces se confunden…
Es verdad, Carmen, el calzado nos confunde. De ahí que Carla cante descalza cuando quiere que Sarkozy deje de ser presidente de la República y se convierta en un príncipe.
Seguro, yo también tengo querencia a siete.
(Muy ocurrente respuesta; no me extraño).