El culo del “David” de Miguel Ángel sostiene el mundo y de paso Europa. En el Ayuntamiento de Florencia están seguros de que aún siendo una estatua veterana sería capaz de soportar un terremoto de 5,1 o en su defecto algún corrupto hispano que hubiera pagado comisión en su día, el tatarabuelo de cualquier comisionista del AVE que para tantos pilles da. Pero ese culo permanece entero y sin flacideces desde que Miguel Ángel lo parió para la catedral de Santa María del Fiore, de hecho lo que tiene mal son los tobillos porque entre 1504 y 1873 estuvo en la calle frente al Palazzo Vechio. No es el símbolo de Europa pero debería serlo, ha llegado a nuestros días salvando lluvias y guerras, mercaderes y líderes de paja, siendo el embajador del Renacimiento en territorio internet, el asombro de quienes se giran ante sus 4,10 y se ven más viejos que él, incluidos cirujanos plásticos que son incapaces de competir con Miguel Ángel.
Supera a la Europa de Draghi. Cuando Portugal anuncia que ha recuperado el mando después del rescate tendría que hacer un homenaje a “El David” porque su desnudo es la independencia de la que podemos presumir. Es de esperar que los candidatos a las europeas tengan unas palabras de gratitud para el joven que nos contempla con tobillos castigados, igual que un futbolista después de una final, o que un hombre de negro de los que trabajan para la troika y cuando llegan al hotel piden masajista porque les duele la espalda.
Decía Rajoy en la entrevista que le hicieron en la SER que hace falta una Europa fuerte para aguantar los retos que tenemos por delante, igual se refería a un continente que vaya detrás de Alemania a la que hemos cedido la capacidad de ser locomotora. Estados Unidos presumía de motor de la economía y se la ha merendado China con una fuerza de trabajo descomunal y una capacidad sin límites para generar bienes de consumo. Ese reto también será superado por “David” al que le pondrán calcetines de mármol que refuercen su soporte natural porque quién dice quinientos años también puede aguantar que vengan los chinos a darle vida al edificio España que estaba cerrado porque aquí no tenemos obra de Miguel Ángel y si la hubiéramos tenido seguro que un cardenal piadoso le habría puesto un pañal a la escultura, somos así de folklóricos.
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