Rito milenario de la primavera: olor, tambor y luna.
Dentro de la catedral de Málaga un obispo espera “a porta gayola” la llegada de una cofradía.
Dios llama a la puerta con los nudillos, y las puertas se abren de par en par porque a Dios no se le puede abrir un poco.
Es la fe la que abre las montañas.
Aquí tenéis toda la fuerza de la saeta que escribió Machado: fe religiosa, creencia popular y la fuerza del mito.
El Dios primavera iba vestido de blanco el Domingo de Ramos, cientos de nazarenos arrastraban sus pies sobre el mármol y la cera.
A la muerte es costumbre no dejar que la gente vaya sola, de ahí que se monte el cortejo de un faraón.
Yo estaba allí, hice esas fotos. Olía a flor de naranjo y a incienso, también a túnica almidonada y un coro le cantaba a los tronos.
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Mi ‘saeta’ es la Saeta Rubia, D. Alfredo el grande, rey de reyes del balompié, venido de la Pampa, ¿viste?. No era divino porque Dios nació después. Se llamó Diego Armando. Y tiene prosélitos, eso sí, sin ‘cucurucho’…
Creo que en la ciudad de Larios, se les llama ‘porteadores’ y no costaleros. ¿Serán sherpas?
Carlos: aquí les dicen “hombres de trono”, ya sean chicos o chicas. No es que lo dejara escrito el marqués de Larios, debe ser una de las normas de la Hermandad de Cofradías de Málaga cuyo exponente máximo es Banderas, (al viento como decía la canción).