He tenido que apartar una tupida tela de araña, luego he podado unas hierbas que habían crecido tan fuertes como rebeldes, así he llegado hasta la clave pero después de tanto tiempo había olvidado la contraseña, ¿será mi nombre, será mi deseo, será mi circunstancia?, ¿a quién se lo podía preguntar?
Pero lo cierto es que he vuelto y ahora, como el viajero que regresa, todo me suena a nuevo y las caras me parecen extrañas, ¿serás tú?, déjame que te vea de cerca. No sé. Dudo.
Haré una cosa, me fiaré de mi sentido del olfato para descubrir si son olores conocidos o si me he equivocado de laberinto. Mientras miro juego a las sombras con mi bastón.
El caso es que he podido entrar, no sin esfuerzo, y que la palabra secreta me ha devuelto a este mundo oculto de amigos cruzados. No espero nada, sólo que alguien ande por ahí. Y que ese alguien no sea Moltó por favor.
Buenas tardes tenga usted.
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Ya era hora de que te hicieras con el machete y regresaras de la selva (o a la selva, no lo tengo claro…) Te imagino paseando por un campo florido en plan anuncio de compresas…. ¿a qué huelen las nubes? ¿a qué huelen mis amigos? ¿a qué huele lo que no huele?
Que me alegro de que estés de vuelta, leche. Un besazo oloroso.
¡¡¡Presente!!!!
Yo estoy, te tengo adscrito a reader (opción que tiene gmail) para añadir una lista de preferidos. Y tu -como no podía ser de otra manera- estás entre ellos.
Te he echado de menos, para qué negarlo? Además te echo de menos en otros lugares “comunes” pero si sé, que tu ausencia gana más en calidad y sosiego, ni lo tendré en cuenta. Cada cuál sabe a dónde ha de remar, y por qué. O, porque no.
Venga vamos a quitar el resto del polvo! Que ha empezado ya la primavera, algo de alergía pero nada que no tenga remedio.
Un beso y abrazo fuerte!
Paqui,
Ya sabía yo que a la vuelta esquina me esperaría BarBlasco para darme con la cachaba. Sí, aquí estoy, no tan cursi como un anuncio de compresas pero sí tan cariñoso como uno del Día de la Madre.
Es curioso que lo conocido resulte nuevo pero también es reconfortante.
Paqui: eso, quitemos el polvo. Cuando quieras, jajaja. Besos.
Soy yo, Rafa, el mismo de casi siempre.
Un abrazo, mi helmano
D.
¡Qué bonito David, “el mismo de casi siempre”!, no te quites méritos somos el uno para el otro el de “siempre”.
Con pocas palabras, suficientes, ¿para qué decirnos más “ná”?
Otro pá tí.
¡Señor Martínez-Simancas, míreme a los ojos si es que aún le queda algo de vergüenza!…
Estoy con Paqui… De aquellos polvos, estos…
Carlos: siempre supe que acabaríais juntos Paqui y tú, me alegro. Ahora que no se enteren los parapazzis o no os van a dejar coger el AVE en paz.
Abrazos.
P.D.- Nunca tuve un gramo de vergüenza, lo sabes.
Pues, bienvenido… es un honor… ¡cuánto tiempo!… está usted en su casa—
Muyseñores míos: muchas gracias por tus palabras… Aquimetienes para lo que haga falta, y encantadodeverte de nuevo.
Si te sientas al lado podemos charlar, hace una tarde estupenda aunque algo fresquita, por eso no me quito el sombre, no pienses que es un desaire, es precisamente por el aire.
Unabrazogrande.