(“OTR“/EUROPA PRESS, miércoles 29 de enero 2014)
No es verdad que cuando se rompe una pareja uno gana y otro pierde, en ocasiones puede perder dos veces el mismo como le ha pasado a Hollande por gestionar mal sus paseos en moto, (tapado por un casco). Su ex, la glamurosa Valérie Trierweiler, se ha hecho un “Bombay sin ti” que es la versión pija de “Venecia sin ti” que cantaba Aznavour. Llevaba apenas veinticuatro horas en India cuando Valérie se ha dado cuenta del motivo del fracaso de su relación: la política. Eso es quedar mejor que una ex primera dama, (que suena horroroso), eso es quedar como una reina. Francia ya puede echar de menos a una gran mujer pero no creo que se pueda decir lo contrario.
La traducción de sus palabras es que quién no gobierna bien su vida tampoco podrá llevar con soltura una nave mayor, y eso es un varapalo al orgullo de Hollande y una advertencia política porque en realidad no lo ve capacitado para hacer dos cosas a la vez, en el caso de Hollande son varias: ponerse el casco, subirse a la moto, visitar el pisito y volver al Elíseo a ver qué toca gobernar ese día. Analizado con calma es un estrés de primera magnitud. En el fondo Valérie le ha hecho un favor a su ex pero por encima se lo hace a la República Francesa, por lo tanto esa actitud debe ser merecedora de premio por ejemplo la Gran Orden de la Cornamenta Republicana. Condecoración que le debería ser impuesta en ceremonia oficial por la máxima autoridad del Estado, ¡su ex! Menudo encuentro cósmico y no aquel que soñó Leire Pajín.
Los viajes a India son siempre de doble dirección, por un lado está el desplazamiento y por otro el paseo interior que lleva a la reflexión separando cuerpo de espíritu. En el caso de una persona que se acaba de separar es un escenario magnifico en el que iniciar un crecimiento interior que nunca se sabe hasta dónde puede llevarle. Creía Hollande que él iba más lejos porque se desplazaba en moto por París y Valérie le ha dado una pasada por el interior que ni Marc Marquez a Jorge Lorenzo, literalmente lo ha dejado sentado de culo. La foto queda para la Historia.
Sospecho que tendremos nuevas noticias de la que fue primera dama porque tiene que sacarle rédito a la ventaja que lleva, en Bombay ha nacido una estrella y en París se han quedado con el estrellado que loco de amor salta a la comba por las galerías de su residencia oficial, una imagen patética. El mensaje de Valérie es que el amor requiere de mejor pulso que el gobierno de una nación y que sólo quién ama es dueño de su destino. Sobre calentones temporales no ha dicho nada. Se nota en esa pareja quién ha ganado y quién anda preocupado por su bragueta. La India produce estos puntos de reflexión interna que siempre son necesarios aunque duelan.
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Etiquetas: Hollande, Valérie Trierweiler
Creía que ella iba a perdonarle, como Hillary, no importa , no se mucho de estas cosas.
Aunque la francesa esté estupenda, después de salir del hospital, que debe ser estupendo también, la procesión va por dentro.
Como ella, creo que debo ir a la India.
gracias