(“EL BOLETIN“, jueves 23 de enero 2014)
Con las citas en latín así como con las referencias bíblicas, (añado que también pasa si te las das de experto en música jazz), hay que tener mucho cuidado porque siempre hay alguien que sabe más que tú. A Rubalcaba le traen a mal vivir con reuniones de fin de semana y con el baile de las primarias que no lo son aunque se hacen presentes en cada momento. Por eso no es de extrañar que se confundiera en el Congreso con la cita de San Mateo, (8.8) y dijera que “una palabra tuya bastará para sanarle” cuando en realidad el centurión decía “para sanarme”.
Tampoco pasa nada, es un error que luego corrigió y las tonterías que se dicen en el convento se quedan dentro, es una antigua norma intramuros. Lo cierto es que Rubalcaba vive inmerso en una tensión interna digna de la segunda parte de “El Nombre de la Rosa”: por un lado la vieja guardia del colmillo salomónico, por otro los candidatos a lo que haga falta que brotan como setas en la nieve, Carme Chacón que viene y va de Miami pero sobre todo parece que todo el rato viene y nunca se va, Madina ejerciendo de fraile joven que viene con ideas revolucionarias, Tomás Gómez que se la tiene jurada desde aquel verano que le dejó dando vueltas por la solitaria Gran Vía a la espera de que llegara “la señorita Trini”, (como le bautizó Alfonso Guerra).
Rubalcaba aprecia una bajada de vocaciones porque parte de la parroquia se le ha borrado y otra parte se ha marchado con Cayo Lara que no cita el evangelio pero que si tuviera que hacerlo llamaba a Julio Anguita que para eso tiene estudios en Teología, (ya se encargó de ello su abuelo Julio). Rubalcaba se ha quedado solo sosteniendo el dogma socialista que viene de Suresnes, ya veremos durante cuánto tiempo. Será por eso que se lía con la Biblia y confunde las citas, no es nada grave pero si denota que se aburre en su soledad de prior: regar todos los días el mismo huerto es muy duro y que las campanas repiquen cada vez que vuelve Chacón, también. Encima le amenazan con cisma los del PSC, menudo panorama, vaya angustia, qué ganas y qué manera de desperdiciar una vida dedicada a la contemplación… de lo que hacen los demás. Haber sido Ministro del Interior imprime carácter.
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Etiquetas: Chacón, Madina, Rubalcaba, Tomás Gómez