(“EL BOLETIN“, jueves 16 de enero 2014)
La famosa rampa por la que se accede a los juzgados de Mallorca y que en su día recorrió Urdangarin con mas miedo que vergüenza es objeto de polémica. Se equivocan los que creen que la rampa es solo para acceder, también se sale por ella y estoy viendo que el juez Castro podría salir expulsado por el Fiscal con el que antes tomaba café pero ahora se lleva extraordinariamente mal. En ese río revuelto pescan Gallardón, Aguirre y los que manifiestan a pecho descubierto que la infanta Cristina debería tener un trato mas amable, (iguales ante la Ley puede pero ante una rampa no, ¡hasta ahí podríamos llegar!).
De aquí al día 8 de febrero, y si llegara el caso, seguro que se podría reconvertir la rampa en escalera de caracol, mármol por supuesto, que le otorga mayor prestancia a la declaración de una infanta. En España nadie tiene la experiencia de Norma Duval en bajar escaleras y no sería extraño que la infanta estuviera recibiendo clases de cómo pisar con garbo. Llegado el momento el Ministro de Justicia podría quitarse la chaqueta para permitir que Cristina de Borbón caminara sobre ella en gesto propio de la letra de “Relicario” aunque no fuera el día de San Eugenio como dice la copla. Gallardón se trabaja como nadie que Antonio López le incluya en el retrato de la familia real como el tercer infantito, ya que en política dice que lo ha conseguido todo sólo le queda ser uno de los cuadros mas vistos en el Reina Sofía, no está mal acabar en óleo la historia de una ambición aunque a él tampoco le importaría que le premiaran con un ducado, el de la Real Pelota.
La rampa de Mallorca nos va a ocupar durante un tiempo y no descartemos nuevos movimientos de estrategia como cambiar la sede de los juzgados a otro sitio que no tenga la funesta bajada que los abogados de la infanta temen. Dicen que son diecisiete pasos los que hay que dar hasta llegar a la puerta y ese ratito se pasa regular cuando uno va cargado de soberbia.
Veremos lo que pasa pero este asunto no acaba aquí ni mucho menos. Si alguien tiene posibilidades de hacer ese paseíllo es el juez Castro y en dirección a la calle. Cosas mas raras hemos visto disfrazadas de ataques de orgullo democrático.
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Etiquetas: Aguirre, Antonio López, Gallardón, Infanta Cristina, juez Castro, rampa de Mallorca, Urdangarin