(“EL BOLETIN“, miércoles 27 de noviembre 2013)
Firmeza pide la presidenta andaluza, firmeza contra la corrupción, ahí es nada. Otros dirigentes de la Junta de Andalucía se distinguieron por añadir la corrupción al PIB regional y dieron por bueno pagarle los langostinos, o el “pilingueo” a unos corruptos o comprarle unos bolsos chinos a otros corruptos de UGT. A Susana Diaz le puede pasar lo que al Papa Francisco que empiezan a mirar raro porque no es normal que alguien acuse al Vaticano desde dentro de ser una institución arcaica e inservible. Igual que hay quién dice que debería vigilarse de manera especial la botica de San Pedro por si a alguien le dan tentaciones también hay quién sugiere que Susana Díaz pisa demasiados charcos.
No le hará falta buscar en montañas lejanas ni en lugares remotos para encontrar “el eje del mal” sevillano. Si mira cerca seguro que encuentra respuesta a las múltiples denuncias que llegan vía prensa o vía jueza Alaya. Su reinado depende de la capacidad de regeneración que manifieste y para ello tiene que demostrar que además de palabras sabe cortar cabezas sin que le tiemble el pulso. De momento todo es de palabra, con eso no inquieta a Rubalcaba que desde Madrid mira con displicencia a la nueva figura emergente del sur. Díaz para quedar de renovadora tiene que mancharse las manos de barro, de otra manera será cadena de continuidad de Griñán y Cháves.
Indigna a la ciudadanía el relato de las bandejas de gambitas de Huelva que fueron pasando de sindicalista en sindicalista y, también, esa operación chino que consistía en copiar bolsos de Salvador Bachiller a bajo precio. Si Cándido Méndez se quiere hacer el Ana Mato que no sabe/no contesta, allá él, pero Susana Díaz “la renovadora” está obligada a dar un paso mas y preguntar quién fue el idiota que admitió la factura falsa que venía enmascarada en unos cursos de formación que nunca fueron.
Pidamos firmeza suena a título de libro de memorias adelantadas pero sólo a eso. Para “flojezas” las memorias de Zapatero que ayer presentaba con tan poco entusiasmo que daban ganas de comprarse el libro de Belén Esteban. De Susana Díaz se esperan muchas cosas, la principal es que sea valiente y abra las ventanas del Palacio de San Telmo.
Compartir:
Etiquetas: Junta de Andalucía. Alaya, Susana Díaz