El encargado

(“OTR“/EUROPA PRESS, miércoles 13 de noviembre 2013)

Lo tendría difícil hoy Gila con su famosa alocución de “¿Es el enemigo?, ¡que se ponga!” porque apenas hay nadie que sea responsable de nada. En la era de la información libre que se transmite por canales sin censura nos encontramos con la ausencia de responsables en cualquier materia sensible. La labor de dar explicaciones se ha sustituido por un contestador automático y depende del cabreo que tenga podrá pulsar con mayor fuerza las telas 1, 2 ó 3, (pero nada mas). Si a usted le sucede algo en un aeropuerto tendrá la opción de dejar un escrito en un buzón y luego ya veremos. Si el problema es con una empresa de telefonía móvil entonces pasará por otro calvario de operarios virtuales hasta lograr que le solucionen lo suyo, (si tiene suerte).
Los madrileños ven como su alcaldesa no se hace responsable de la huelga de limpieza porque ella delegó en unas empresas la recogida de basuras. Parece un sarcasmo: la máxima autoridad municipal se pone de perfil y rechaza su papel de encargada de la ciudad. La señora Botella no es responsable de tener la ciudad limpia, además no lo siente así, ¿entonces para qué fue puesta como alcaldesa? El cinismo político se enmascara entre muchos pliegos, condiciones y empresas que subarriendan, pero detrás no hay nadie, está todo hueco y nunca daremos con el encargado porque para eso se crean las pantallas que sean necesarias.
Cuánto mas poderoso sea el personaje menos obligaciones de dar cuentas. Eso de pedir perdón, estar a la altura de las circunstancias, ofrecer la mano para llegar a un acuerdo, asumir culpas o pensar que el otro pudiera tener mas razón que uno, es de pobres o de ingenuos. La delegación de marrones se ha convertido en una de las bellas artes de nuestros días y nosotros tan contentos.
Nunca ha tenido tantos derechos el consumidor pero le han hecho tan poco caso, (ni puñetero para ser exactos). Las distintas administraciones firman convenios que en teoría le acercan al ciudadano pero que no desarrollan la parte práctica de la ayuda con lo que se quedan en papel mojado. Es la paradoja de las puertas giratorias que no llevan a ninguna parte, el laberinto de los pasos perdidos, la gran engañifa de los tiempos modernos… y la basura sin recoger.
La parte surrealista de la eliminación del papel de encargado es que después del abandono, de haber pagado las tasas municipales oportunas, o de haber sido ninguneado por alguna empresa de servicios, le llamarán de un control de calidad para conocer su grado de satisfacción como usuario. Sí, con un par. Y de nuevo le tocará valorar el servicio del 0 al 10.

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