(“EL BOLETIN“, miércoles 3 de julio de 2013)
Escribía esta mañana Felipe Alcaraz en Twitter, (que es el patio de vecinas en versión digital), que una vez liquidada la ética por parte de los políticos se había acabado el régimen, lo malo es que estamos metidos en una nueva transición que no tiene rumbo a diferencia de la del final del franquismo; entonces consistía en quitarnos la caspa de la dictadura y ahora la batalla es por la dignidad y ahí no todo el mundo está dispuesto a dejarse ver.
Mucho se dice de una ex ministra imputada pero pocos recuerdan el cargo generoso que le regaló Zapatero como pago por los servicios prestados: vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones con un sueldo estratosférico para una persona que de finanzas no tiene pajolera idea. Su caso se puede incluir dentro del Club de Ex Ministros que pillan cargo, una larga relación de ex políticos que encuentran en la actividad privada el consuelo en forma de nómina por aquellos años tan duros de servicio a España.
La ética, como dice Felipe Alcaraz, es la ética. Y no terminan de darse cuenta del asco que levantan estos asuntos en la ciudadanía que vive la angustia de llegar a final de mes. Llamarles golfos sería poca cosa, igual hasta lo tomaban como un piropo por la parte de piratas del Caribe que tiene. A un Bárcenas entrullado, y héroe de patio de prisión, le hace de contrapeso una trama de ERES que consistió en llevárselo crudo hasta asar vacas con billetes; el PP mal y el PSOE peor. Si la ciudadanía no se cabrea ahora, si no se cisca en los escalones del Congreso es que empieza a dar síntomas de muerte cerebral. El latrocinio consentido es malo para todos porque adocena y relaja; permitir que roben con este descaro es también responsabilidad de los ciudadanos que están para algo mas que para votar cada cuatro años, la democracia no es una urna y ahí queda todo.
Recuerdo una memorable entrevista que le hicieron en el diario “SUR” a Magdalena Álvarez cuando fue nombrada vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, era verano y la señora Álvarez respondía a pie de chiringuito malagueño. En el texto deslizaba una perla para recordar, contaba que iba a aprovechar esos días de vacaciones para aprender inglés. Es decir que la nombrada vicepresidenta no manejaba un idioma que iba a tener que utilizar en su despacho pocos días después. Unas declaraciones que harían sonrojar a cualquiera menos a ella que, por supuesto, no se sonroja fácilmente.
En el Museo de Cera creo que ya piensan retirar su figura aunque creo que no tienen, eso solo le pasa a la Pantoja.
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Etiquetas: Felipe Alcaraz, Magdalena Álvarez, Zapatero