El termostato de Rajoy

Asistimos a la parábola de Rajoy y el horno, no me refiero a las predicciones agoreras de un meteorólogo francés que vaticinó que nos íbamos a quedar sin verano, (menudo zoquete de la isobara), pienso en los famosos tiempos de los que tanto presume el presidente del Gobierno. Rajoy ha dejado que se cociera a fuego lento la pugna De Guindos con Montoro, ha aguantado los malos datos del paro y las críticas que arreciaban a la reforma laboral, pero de repente ha estimado que la temperatura del horno era la óptima y ya podía empezar a cocer bollos. Por eso ha puesto a Soraya Sáenz de Santamaría a la cabeza de la reforma económica, cargo que acumula junto al timón político del Gobierno. En este momento todo es Soraya, como dicen en twiter sólo falta que le nombre directora de la Agencia Estatal de Meteorología para que fuera jefa de política, economía, rayos y truenos.
Rajoy decidió el fin de semana en Sitges que se acababa el momento de esconderse de los golpes encajados y que tocaba pasar a la acción. Hasta llegar a la fecha ha contado con varias conversaciones secretas en Moncloa y también ha logrado que Rubalcaba se preste a apoyar las medidas que lleve a Europa. Esta vez los que le critican por ser el rey de la inacción tienen mas difícil elaborar sus argumentos porque ahora se defiende sin complejos de avestruz barbuda. Las cuitas de Montoro con De Guindos las deja a un lado, (allá ellos si se matan), y activa a la vicepresidenta del Gobierno para liderar un plan de reformas que es el que le puede revalidar La Moncloa. Por lo tanto estamos en uno de esos momentos dulces del poder en los que puede recoger frutos de esfuerzos. Cualquier otra cuestión como el regreso de Aznar en forma de ángel exterminador, o las peleas entre barones autonómicos por un quítame allá esta deuda quedan aparcadas en segunda fila. Diríase que Rajoy lleva tiempo entrenándose para lo que estamos viendo y que disfruta del nuevo engranaje que ha creado.
El presidente saca pecho justo cuando las recomendaciones europeas están en tela de juicio porque a Durao Barroso se le ha perdido el respeto. Ese es otro de los datos de las condiciones de temperatura y de humedad ambiental que benefician a Rajoy. Por supuesto que la temperatura ideal es algo muy subjetivo, se le puede criticar al presidente un exceso de secretismo y una manera de dejar que se abrasen sus peones mientras él mantiene sus plazos. Rajoy navega en solitario aún dentro del consejo de Ministros que preside, salvo la vicepresidenta nadie mas ha estado en la pomada que se rumiaba en Moncloa. No le han sacado de quicio las críticas de la oposición ni las periodísticas, (siempre mas duras que las parlamentarias). Su manera de templar gaitas económicas lleva rotos los nervios de mas de uno, ¡y los que todavía caerán en la desesperación de tratar de entenderlo de una manera cartesiana!
Es evidente que Rajoy es Rajoy.

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