(“EL BOLETIN“, miércoles 17 de abril 2013)
De vez en cuando surgen llamamientos a la ciudadanía en momentos difíciles, unas arengas que suelen preceder a un lío importante o “morrocotudo” en lenguaje de tebeo. Aquí hemos conocido arengas de todo tipo siempre con argumentos parecidos que se alternan entre sí: patria/peligro/valientes/adelante/id vosotros primero. Este último factor ha de tenerse en cuenta porque quién arenga suele quedarse en posiciones de retaguardia no vaya a ser que le pase algo. Los arengados se ponen en las primeras filas y van muy contentos porque para eso ha calado en ellos el mensaje.
Cospedal cuando se pone seria es muy de arenga pero le fallan las metáforas, igual le haría falta un asesor en poesía y otro en historia. Ayer le dijo a su grupo parlamentario en el Congreso que los del PP son los que pagan la hipoteca incluso antes se quitan de comer. Ya tenemos la arenga: “¡Heroicos votantes del PP, ha llegado la hora de demostrar quienes somos así que a por el FMI y a por los que digan que no somos los mejores!”. Tampoco es para tanto. No es plan de matar a nadie de hambre por una causa política, (la gente pasa necesidades sin tener carnet del PP, o del PSOE). No necesariamente la honestidad ha de estar ligada a una causa política, y en todo caso sería muy grave admitirlo. Alguien siempre puede recordar la tendencia de los miembros de la cúpula popular a la segunda vivienda en Guadalmina, algo perfectamente lícito, ojo, pero que en este momento se puede volver contra el discurso de la secretaria general.
Igual quería decir que hambre con gusto no pica pero ese no es el refrán, de nuevo se ha vuelto a liar y de nuevo metáfora simulada y en diferido. Le ha salido mal porque la crisis nos tiene cogidos a todos por la misma parte y así sucede que Cospedal se tropieza con los escraches y los nazis, los hambrientos y los votantes del PP, los desarrapados y los desahuciados, los culos y las témporas. Y con el tono arenga es verdad que cuesta mucho mas concentrarse en el mensaje.
En el 2014 remontamos según Rajoy aunque el FMI tenga una segunda opinión y entonces lo vamos a pasar a lo grande, mientras tanto a lo Gandhi convertidos todos en parte de la “famélica legión” a la que Cospedal ha aludido sin querer hacerlo porque solo le falta pasarse al lado oscuro con Vestrynge y adoptar “El Capital” como libro de cabecera para las tardes de cigarral en Toledo. Y Bárcenas con la hipoteca pagada, ¡qué tío!
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