Mire doctor… no son palpitaciones, ni escucho cantos de sirena cuando estoy dormido, (no soy tan culto para saber que cuando eso le pasaba esto a Ulises se ataba al mástil del barco). Tampoco creo que haya espÃritus entre nosotros, ni que la CIA me haga un especial seguimiento, o que la Tierra esté siendo colonizada por lagartos que vienen de otro planeta.
Mire doctor… de un tiempo a esa silla de su consulta creo que me he vuelto un tipo raro. No me gustan los espectáculos de masas, no me gustan las masas como espectáculos, (ni masas, ni misas, ni musas… ni mus con gente que no conozca). No leo la sección de deportes en el periódico, disfruto con los editoriales, me gusta escucha Radio Clásica en el coche. Creo en mis amigos y me aburre la gente simple, (esos que quieren solucionar el mundo en una charla de bar).
Hasta los necios me parecen mejores personas que los simples.
Mire doctor… igual le estoy haciendo perder el tiempo porque seguro que tiene que atender a otros pacientes y le distraigo con una patologÃa que es única, ¡claro, usted dirá que todos creemos que lo nuestro SÃ?LO nos pasa a NOSOTROS! Le pido perdón porque mientras pierde una hora conmigo seguro que se le han suicidado cuatro o cinco pacientes. Condolencias apartes cada uno son 140 euros en la consulta. Claro, porque ellos se suicidan y se olvidan, pero a usted le dejan sin pagar el tratamiento.
(El médico me dijo: “tiene usted que aceptarse a sà mismo, tiene que saber quién es y cómo reacciona. Hoy no le recetaré Trankimazin sino que le voy a hacer una foto y, usted, cuando tenga dudas acerca de su existencia, la mira.
Pero fÃjese bien en lo que le dijo: la mira y se acepta y punto. Eso sÃ, le pido que no vaya más con su amigo Lucas Skywalker porque no le va a traer más que problemas. Y piénsese si la depilación permanente no podrÃa hacer algo más pos usted.”
Le di las gracias, y salà de la consulta. Desde entonces llevo siempre esta foto en mi cartera.
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Intuyo que te has marchado sin pagar los 140 euros de vellón (“Le di las gracias, y salà de la consulta”.), y eso no está bien.
Claro, siendo una ‘dolencia’ perenne, quizá tengas cuenta abierta en la consulta.
Ã?l sabe que nunca saldré del sistema solar y que me puede eocontrar, a cualquier hora, en el bar de “La Guerra de las Galaxias”.
Otro dÃa le pago, o quizá le esté pagando con este comentario.
Es que nunca he sido muy normal ni muy protocolario.
No. Siguiente pregunta.
A mà tampoco me gustan los espectáculos de masas ni las masas como espectáculos (la frase sÃ, y la masa quebrada, crujientita, también). Y como tú, perfiero los necios a los simples.
pero eso sÃ, a diferencia de ti, yo soy normal, normal de los de toda la vida, ya sabes…
P.D,. Con que me eres infiel con el Bar de las galaxias… si la próxima vez que vengas a mi bar, las croquetas van solas hasta el plato, que no te sorprenda…
Bárbara: te dije que serÃa cliente habitual de Bar Blasco pero no te juré fidelidad eterna con las manos en las croquetas porque te quemas las palmas y bastante tengo con el sicólogo como para gastármelo en el dermatólogo. Pero si te parece mal que vaya al Bar de la Guerra de las Galaxias, dejaré de acudir pero que sepas que con mi pinta me miran mal en tu Bar. Hay clientes que piensan que soy de peluche y eso me pone de una mala leche que los eliminarÃa con mi pistola de destruir partÃculas.
Nos pierden las frases, poeta. Es aquello que decÃa un amigo: “si el chiste es bueno no pasa nada por perder a un buen amigo”.
¿Porque has elegido un tipo tan feo como protagonista de esta historia para suplantar tu personalidad ? Yo te veo más personaje de alguna pelÃcula italiana: Jefe de la camorra siciliana o algo por el estilo. El tipo éste arderÃa inmediatamente entre el humo de los puros que te fumas en tus mejores momentos.
Victoria.