(“EL BOLETIN“, jueves 14 de enero 2013)
Victoria Álvarez, en adelante “la novia”, debería haber tenido categoría de testigo protegido porque se enfrenta ella sola a un régimen: los Pujol. Su testimonio es clave para desmontar la burbuja “pujolística”, aquellos años en los que con Felipe vivíamos mejor. Esta señora tuvo el infortunio de enamorarse de un hijo del “Honorable” que al parecer tenía la costumbre de viajar a Andorra con una bolsa llena de billetes de quinientos euros, (como dijo el ladrón del Códice Calixtino ante el juez: “cada uno tiene sus manías”). Pujolito y ella formaban una pareja feliz hasta que se les rompió el amor de tanto usarlo como cantaba Rocío Jurado. Y fue en ese momento cuando ella recuperó la memoria.
A la novia le han tenido bastante pánico, prueba de ello es que grabaran su conversación con Alicia Sánchez Camacho metiendo un micrófono entre unas flores en la mesa de un restaurante, (no se puede uno fiar ni de la jardinería). Ya que estamos en el día de los enamorados bueno será recordar que las rosas no se utilicen como armas arrojadizas, bastante duele el desamor como para andar tirándose micrófonos a la cabeza. Todo tallo de rosa tiene sus espinas y te las puedes clavar sin venir a cuento, y eso le pasó a la novia a la que ahora le pueden acusar como a la ex mujer de Cachuli por no haber denunciado lo de las bolsas de su marido con dinero. Cuando uno participa de un hecho delictivo y se calla se convierte en cómplice.
Hubiera sido un escándalo que la novia de Jack “el Destripador” hubiera confesado al cabo de unos años que su chico llevaba cuerpos cortados en un maletín pero a ella no se le ocurrió denunciarlo ante Scotland Yard; los novios tienen sus cosas y tampoco va a estropear un buen fin de semana que Pujolito lleve una mochila llena de billetes grandes, en Andorra se come estupendamente como para perder el tiempo. Puede que el amor sea ciego pero entonces se convierte en parte del problema.
La novia no ha querido figurar en ninguna parte hasta que ha roto el silencio y mucho me temo que la veremos este fin de semana en alguna tertulia donde lo que mas interesa es cómo era en el papel de amante Pujolito y menos de qué manera sacaba la pasta del país. Ladrones tenemos de todo pelo, aquí no todos tenemos cuentas en Suiza pero bien que lo parece.
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Etiquetas: Victoria Álvarez