(“Las Provincias“, 14 de enero 2013)
Llega una edad en la que todo político que piensa que la patria está en deuda con él comienza a poner cara de retrato. No se estilan los óleos a caballo con porte egregio y un águila encima del casco pero algunos se retratarían de esa manera con toda naturalidad. Pujol es uno de ellos pero la corrupción catalana da otra imagen de él, si hicieran un cuadro hoy del “ex honorable” saldría de tahúr contando billetes.
El caso Pallerol´s y lo que te rondaré morena, (todo lo que investiga la UDEF), esos asuntillos por los que deberá responder Durán el impasible o don Jordi el retratado nos llevan a pensar que hay políticos que cuándo piensan en acercarse a Europa lo que desean es estar cerca de Suiza; eso sí, y ellos haciendo el trile en la contabilidad como si estuvieran en África. Viva la cuestión multicultural mientras mis ahorros estén a buen recaudo, y si España no va bien la culpa la tienen los campesinos andaluces que se pasan el día levantando el vaso en el bar. No olvidemos que esa ha sido la tesis de Durán mientras despertaba en una suite del Palace madrileño. Y, por supuesto, que dimitan otros porque con pagar el pufo económico creen que es suficiente.
La cuestión es que mientras que la sociedad las pasa canutas estos personajes discuten sobre el diez por ciento de manera bastante escandalosa. A Unió le han pillado con el carrito del helado pero la corrupción es algo que recorre la política de manera horizontal, lo que no es Pallerol´s es Pretoria, falsas ayudas de la Junta de Andalucía, “baltares” o “gurtelianos” en acción. Y ese descrédito no sólo cae encima de Durán o de Pujol, también salpica a políticos honrados que tienen que trabajar el doble para que su tarea se note la mitad. No es cierto que todos son unos trincones como tampoco es verdad que la corrupción sea sólo cuestión de la clase política. Corrupción es también no cobrar el IVA en un chapuza doméstica o perder el tiempo en horas de trabajo. Y lo es también votar a los que está demostrado tienen las manos manchadas de mentiras, por lo tanto el llamado noble pueblo también tiene su parte de culpa, no se pongan las manos en la cabeza ahora.
Lo que investiga la policía es si en Suiza hay porcentajes de asuntos catalanes, si los Pujol son una “familia” en el sentido que contaba en “El Padrino”, y si el pozo tiene fondo. Eso llevará su tiempo según dice el Fiscal General del Estado; lo que sería muy sano es que alguien asumiera el verbo dimitir como cosa propia y para dar paso a nuevas generaciones de gente que crea en el poder transformador de la política y no en el negocio que se esconde detrás de las concesiones. A ver si aquí sólo va a asumir su responsabilidad la Pantoja sentada en el banquillo.
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Etiquetas: Pallerol´s, Pujol, Suiza