(“El Boletin“, jueves 13 de septiembre 2012)
La gente ha dejado de beber eso que se llamaban “bebidas legionarias”, el coñac a palo seco o en carajillo y sobre todo el copazo de anís en el desayuno han caído en desuso por lo tanto hablar del mono con sus cadenas es una antigüedad que no entendería nadie que haya estudiado con la LOGSE hasta nuestros días.
A ese mono del anís le ha salido un competidor que le sustituye en la fama, es el “C. Iomamiensis” descubierto en el Congo y que es un primate con “cara de buena persona”. Podríamos pensar que lo ha diseñado la restauradora Cecilia porque el tipo se parece mucho al adefesio del muro de aquella iglesia que se hizo famosa por un error de pincel. El “C. Iomamiensis” puede ser considerado como el “ecce mono” de la creación.
Hasta es posible que el descubrimiento de este nuevo mandril que tan cerca está de nuestros genes haya devuelto la sonrisa a Cristiano Ronaldo que ha vuelto diciendo que se le pasó la pena lo cuál nos lleva a pensar que el Madrid le ha apagado la tristeza con cheques firmados en blanco. Si la cara es el espejo del alma la de Ronaldo hoy es cara de cuenta corriente feliz, vaya usted a saber si tiene algo que ver su nueva novia pero eso nos alejaría del documental del mono y nos metería en terrenos de prensa rosa y ahí los depredadores dan mordiscos de lobo. Los rosas están muy preocupados por la escalada dialéctica de Mariló con Igartiburu, dejémosles en esas cosas que les entretienen y que no dejan de ser valoraciones subjetivas de palabras para oídos sordos.
Si Cristiano es feliz todos somos felices, quizá sea un planteamiento muy simple pero no se puede desear la tristeza a nadie y menos a quién muestra arrepentimiento de corazón y propósito de corregir sus palabras. No me extrañaría que un experto en marketing aprovechara para revitalizar el consumo de las bebidas legionarias creando una etiqueta en la que salgan Ronaldo y el mono, los dos juntos y felices, más contentos que el Ricardito ensayando la nueva sonrisa de la chispa de la vida. Para tristes ya tenemos a De Guindos que pregona el fin del mundo en tres meses, ¡ahora tiene que ser!, justo ahora que hemos encontrado al “ecce mono” y la sonrisa de Ronaldo. Vamos, hombre, ya le vale.
Compartir: