(“La Gaceta de Salamanca“, domingo 9 de septiembre 2012)
RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS.- Hay una pregunta que sobra y quizá también sobren los comentarios. La pregunta de si la concejala de Yébenes grabó el video para su marido, para su amante, para consumo interno, o para probar la cámara, sobra. A partir de ahí también sobran las alegres comadres que se dieron cita ante el Ayuntamiento para increpar a Olvido Hormigos. Todas, y todos ellos, buscaron antes como locos el video de la concejala por las páginas más sórdidas de Internet, disfrutaron viéndolo y luego pusieron cara de escandalizados porque la Ley de Linch prende fácil en las mentes simples.
El verano comenzaba con el ecce homo pintado por la restauradora Cecilia y termina con este vídeo que fue capaz de eclipsar la visita de Ángela Merkel a Madrid. Los asuntos de bragueta parece que nos interesan más que las condiciones del futuro rescate que está al caer y que nos va a hacer la vida más gris, (el ejemplo cercano lo tenemos en Portugal). En lugar de interesarnos por las palabras de Merkel, quién por cierto no pudo ser más cariñosa con el gobierno y con España, nos hemos dado al consumo de las noticias relacionadas con la concejala de Yébenes que jamás había aportado nada a la política hasta llegar la edad del móvil con 3G.
Olvido tendrá que administrar bien su fama mediática porque una mentira puede convertirse en algo terrible para su defensa. Por un lado tiene que dar explicaciones en su casa y allá cómo sean recibidas por el marido, eso es dato de consumo interno, pero si hubiera falseado una traición de amante como venganza política se habría hecho un flaco favor. La señora Hormigos tiene derecho a hacer de su capa un sayo pero lo que no sería ético es que quisiera meter a los demás en su engaño. Si no ha habido filtración política entonces que no extienda la mancha porque le haría más daño y alimentaría a la España de negro que se muestra cruel cuándo huele debilidad. Esas comadres que disfrutan con “Sálvame” pero se escandalizan cuándo una concejala de pueblo se hace famosa por un vídeo robado volverán a gritar con más fuerza si apareciera un amante despechado, en ese caso tendrían alimento para otras tardes de furia. Serán capaces de golpear en el cristal del teléfono móvil hasta quebrarlo en añicos en forma de telaraña.
Algo me hace intuir que el calvario de Olvido no ha terminado y que podía haber sido más discreta en sus declaraciones y haber dado menos explicaciones porque algunas pueden volverse en su contra. Aquí nadie está libre de pecado pero sí que están dispuestos a lanzar la primera piedra, de hecho los hay que entrenan todos los días y que manejan una puntería criminal. Campeones olímpicos de lanzamiento de odio.
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