(“OTR/EUROPA PRESS“, jueves 14 de junio.2012)
Lagarde le ha mirado el ojo al euro y dice que le quedan noventas días como mucho. Lagarde es gerente del FMI y no médico pero según parece tiene una rapidez de diagnóstico que ni el doctor House. Al menos Lagarde pone el ojo en la economía y no como DSK que ponía el ojo en los escotes y así se nos fue la economía mundial entre lujos y lujurias. DSK es aquel sujeto al que le encaja a la perfección el refrán de ande yo caliente y diviértase la gente.
En estos momentos de incertidumbre es cuándo los ricos de verdad saben hacer negocio, aquello que se atribuye a Rockefeller de que había que comprar cuándo sonaban tambores y vender cuándo llegaban los violines. Y de sacar partido a la oportunidad aquí sabemos un rato, de hecho hemos podido ser gobernados por una cuerda de incompetentes y a pesar de ellos no somos Uganda como diría Rajoy por sms. En cambio, en Grecia se han dejado llevar por la fuerza de la tragedia dándole capacidad a sus políticos para que terminen de jorobarlo todo. Nosotros no, muy al contrario. Queda demostrado que igual que en España la economía sumergida mantiene a flote el destartalado chiringuito del PIB también existe la política sumergida, me refiero a esa dosis de duda cartesiana que nos hace recelar de los mensajes oficiales. Aquí se escucha todo pero luego se toman las decisiones que a cada uno le dan la gana como si la Ley sólo afectara a los demás.
Dívar es un ejemplo de que la realidad no va con él. El presidente del CGPJ se esconde detrás de los políticos para no dar explicaciones porque igual que existe la división de poderes también existe el escurrimiento de bulto. Esta crisis en la que encontramos préstamos muy favorables podría también ser la oportunidad para que Carlos Dívar consiguiera un esponsor. Si el problema está en los gastos originados por su tendencia a los fines de semana a la caribeña lo suyo es que las togas del CGPJ llevaran publicidad de Coronel Tapioca, y en las mangas dónde las puñetas se cose el logotipo de una compañía aérea de low-cost. De esta manera dejaría de ser un problema el caso Dívar para convertirse en una gran oportunidad para encontrar recursos comerciales. Y si de aquí a noventa días Lagarde demuestra tener razón y se cae el euro al menos nos cogerá bien situados para el futuro.
Dívar es el mejor embajador que tiene la red de Paradores Nacionales, criticarlo de manera cruda es muy fácil, en cambio nadie le destaca por su labor al frente del turismo que es industria fundamental para nuestra recuperación. En FITUR están por crear el pabellón Dívar.
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