Cálculos de trapecista

(“OTR/Europa Press“, 27 de marzo. 2012)

RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS.- A Javier Arenas le falló el altímetro y por eso no alcanzó el techo esperado. Alguien podría decir que le pudo el mal de altura y que un exceso de confianza le llevó al error porque con parecido programa Rajoy le sacó diez puntos a Rubalcaba en las generales, y en cambio Javier Arenas fue incapaz de obtener la cantada mayoría absoluta, apenas cuatro meses después. Por lo tanto no fallaron ni la red, ni el tambor que acentuaba el rebote; el error es sólo atribuible al trapecista que no se empapó las manos suficiente en resina. No se habla de otra cosa en los cuarteles de invierno en los que el cava se quedó en las neveras sin descorchar y del batacazo que Arenas que presumía de saltar sin red.
Los motivos del rebalón del trapecista son varios, los hay por activa y por pasiva. Hay quién relaciona su caída con la puesta en marcha de la contestada reforma laboral, los sindicatos se abonaron a esa teoría que les ha dado alas para la huelga general del día 29.
Analizado de esa manera Arenas es un personaje inocente, una víctima de las políticas económicas de Madrid, pero algún error ha cometido el artista. El primero de ellos menospreciar su presencia en algunos medios al considerarlos hostiles, Canal Sur a la cabeza, y pensar que no acudir a un debate no iba a restarle votos. En segundo lugar tampoco valoró la descomposición interna del régimen de Griñán que estaba contra las cuerdas y a merced de lo que dijera la jueza Alaya. Ese desgaste tampoco lo supo valorar Javier Arenas que pensaba que iba a ganar sólo porque tocaba, (aplicar criterios de cuentos de hadas a la política puede provocar estos soponcios).
Por lo tanto el principal responsable de la derrota del PP en Andalucía es Javier Arenas, su deseo de pasar a la oposición es insuficiente puesto que renuncia a intentar formar Gobierno aún en minoría. Lejos de intentar la batalla renuncia a la pelea y deja pasar otros cuatro años que son una barbaridad cuándo se lleva toda la vida de aspirante “ad calendas grecas”.
Con su tropiezo no es que haya roto el traje de trapecista en jirones, (que lo ha hecho), es que además como le sobraba tela le ha regalado un traje de Supermán a José Antonio Griñán. Y todo por lo que cuesta una entrada baratita al circo.
Mal momento eligió Arenas para ponerse a ensayar nuevas acrobacias, con las ya conocidas era suficiente, no tenía necesidad de exponerse al peligro tanto. Quizá se la ha faltado coraje para afrontar los resultados y le ha sobrado ganas de salir por piernas de su drama electoral.

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