(Publicado en “La Gaceta de Salamanca” el domingo 22 de enero, 2012)
Después de todos los “luxes” posibles, después de saber que nos hubiera salido más barato pagarle a Anne Igartiburu un collar de diamantes que las uvas de Nochevieja. Después incluso de “Medium de Luxe”, “Hortera de Luxe” y “La Repanocha de Luxe”, llega a sus pantallas el “reality” innovador: “Eres Tonto de Luxe”. Está abierto el casting, no hace falta el graduado social ni saber hacer la o con un canuto, con tal de ser gañán y dejarse ridiculizar es suficiente. Dicen que la cola da la vuelta por Portugal y que nadie sabe dónde acaba porque como dice el Eclesiastés: (stultorum infinitus est numerus), el número de tontos es infinito.
Mientras el personal se distrae con la nueva edición de la “Casa del Gran Primo”, (dónde hay hasta un cura expulsado a divinis, por lo tanto estamos ante el posible primer cisma televisado de la historia), en Europa hacen cuenta de por dónde se va a ir el euro. Vayan ustedes haciendo sus votaciones para “El Tonto de Luxe” mientras la señora Merkel encarga un misere para nuestro funeral económico. Pueden votar al político más corrupto, al memo que más afana, al trincón más salado; y mientras más distraídos estemos con sus maniobras menos cuenta nos damos de cómo se ríen de nosotros a mandíbula suelta. Hay alguno que va a sufrir una congestión pulmonar y va a tener que ser ingresado con riesgo de enfisema pulmonar.
El Gobierno dice que le gustaría enchironar a todos los mangantes que tienen como excusa un cargo público. Pues otro brindis al Sol y ya van unos cuántos, ¿Alguien cree que algún político puede acabar en chirona por malversación de fondos públicos cuándo en la esencia del político está la deuda? Para los más osados, para los que optan al premio mayor queda aventurar un nombre de político conocido, escribirlo en un sobre cerrado y esperar a que ocurra lo que pretende Montoro. Menudas risas se deben estar echando los afectados, ya se sabe que la corrupción es siempre lo que le pasa a los demás porque uno, (y los suyos), está libre de sospecha. Son los otros los que no saben cómo gastar, son los otros los manirrotos, los que se lo pulen en obras faraónicas. En cambio, ¡qué alegría de los nuestros!, ¡esos sí que saben robar con arte y, además, que parezca una inversión!
Queda mucho para que se quede el plazo para admitir candidatos a “El Tonto de Luxe”, aún nos esperan nuevas sorpresas y no dudemos que se producirán. Al ganador se le promete impunidad parlamentaria y ayudas para pagar la fianza, y en caso de acabar en la cárcel una habitación confortable. Ya que uno demuestra sus habilidades en público al menos que le sean reconocidos sus méritos de gran trincón del reino.
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