(Publicado en “El Boletin de la Tarde”, (Madrid)
De todas las posibles formas de enfrentamiento que podían haber elegido en el PSOE, la de las primarias previas al Congreso es la peor. Sin duda que con un duelo a pistola, y dos testigos, se habrían hecho menos daño. Otra de las posibilidades es haber caminado por encima de un tablón hasta caer sobre los tiburones.
La pelea entre socialistas se contempla con pasmo desde la bancada popular a la que le han cedido el poder y el control absoluto de sus movimientos puesto que el PSOE renuncia a la oposición. A veces hay pantomimas como convocar ruedas de prensa simultáneas en las autonomías para responder a las medidas económicas del Gobierno, pero son fuego de artificio, puro capricho, una desmesura política que no va a ninguna parte y que no lleva a ningún lado porque lo que queda es la bronca interna. De verdad que si Chacón le cogiera los dedos a Rubalcaba cada cinco segundos, y él le tirara de la coleta a igual espacio de tiempo, se harían menos daño.
Ha habido partidos políticos que desaparecieron de la escena víctimas de su propia torpeza, por ejemplo la UCD que enterró Calvo Sotelo, pero no se conocía el caso de un partido que esté por destrozarse poco a poco con lentitud de matarife sangriento. Y, encima, sacrificio inútil; al menos San Sebastián supo resistir las flechas movido por una causa mayor que purificaba su alma. En cambio Chacón y Rubalcaba se zurran ante el espectador que asiste impávido al espectáculo, y ante Griñán que se las ve venir en apenas un par de meses cuándo las elecciones lleguen a Andalucía.
Mientras, Zapatero pasa sus vacaciones en Marruecos como si el secretario general del PSOE fuera otro.
Compartir: