Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
El vacile del gobierno marroquí al de Zapatero sólo se puede entender en clave de guerra de audiencias televisivas. Seguro que en Rabat se han apostado a ver qué ministro consigue más “share”, y de momento les está saliendo bien. Han aprendido de “Gran Hermano” que un buen resumen da muchas tardes de gloria, y de ahí el video manipulado con los recortes del asalto al campamento de El Aaiún. Incluso han conseguido que el Ministro de la Comunicación, un tipo malencarado y con escasas dosis de telegenia, se convierta en un personaje faoso en nuestras pantallas en “prime time”.
En Moncloa no saben cómo contraprogramar, a ver qué “tamiflú”, (antídoto contra los vaciles), se le ocurre esta vez a Trinidad Jiménez. Nos ganan hasta por el Canal Historia, bien es verdad que llevar a Marcelino Iglesias de concursante es una osadía. Iglesias tiene un sentido laxo de la historia y no acierta a saber en qué año agonizaba Franco, cuándo fue lo de la Marcha Verde, o en qué momento se firmó el Tratado de Madrid. Su respuesta imprecisa fue de concurso de Miss Venezuela, vergüenza daba escucharle. También nos han dado sopas con ondas con su versión de “Cuéntame”, es evidente que Marcelino no es de la familia de los Alcántara, (a esos cómo les pasa de todo tienen un sentido vivo de la historia en primera persona). Hasta han logrado que Rubalcaba de ruedas de prensa sin preguntas, con sonido de pianista de cine mudo para ambientar, regresándonos a los tiempos del NODO en blanco y negro.
Lo que nos falta es a Cherkaoui en “La Noria” tirándole los tejos a Belén Esteban. Una de “edredonig” en un oasis de lujuria. Menos mal que nos queda Moratinos, el auténtico protagonista de “Españoles por el mundo”. Hasta en el “Teletienda” han aumentado las ventas de babuchas y de pipas de kif. Está claro quién es el amo del mando a distancia.
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