Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Esperanza Aguirre tiene una gran habilidad a la hora de mover las tropas y desplegarlas en el momento más conveniente, de tal manera podríamos considerar la Convención del PP de Madrid de este fin de semana como unas maniobras civiles de gran oportunismo táctico-mediático. Se va a hablar en clave de Madrid pero también estarán los pesos pesados de Génova con Rajoy, y Cospedal, a la cabeza; más unos disidentes cubanos y venezolanos, y colofón con la presencia de Manuel Pizarro «el hijo pródigo» del PP. La convocatoria era previa al cambio de Gobierno de Zapatero pero indudablemente éste le ha hecho un favor indirecto a la convención que gana en peso político. Todo lo que el PP puede ofrecer como alternativa al PSOE va a pasar por los salones de un hotel madrileño, ahí estará instalada la pasarela ideológica, la militancia agrupada, los gurús de las ideas, los brujos de las encuestas, los que hacen cola para el besamanos, los encargados de agitar gaviotas cuando suena la música. Se podrá ver a Aguirre junto a Gallardón, también las iniciativas en nuevas tecnologías de Esteban González «Pons.com», (los militantes virtuales se verán las «face» sin abrir el book), un lugar interesante para ver quién se hace la mejor foto sólo o en compañía de otros. Es decir que la cita tiene una atractiva mezcla de foro político con pasarela de alfombra roja del Festival de Cannes. El PP madrileño pasa por ser la formación regional más activa y con mejores resultados electorales que tiene ese partido, una cantera de materia prima para las urnas. Rajoy tendrá la mejor ocasión de contactar con una parroquia a la que no suele visitar a menudo y no será porque le coja lejos.
Todo se va a analizar con lupa, eso lo tienen claro; hasta sí ofrecen más té o más tazas de café. Lo suyo sería que crearan una corriente de «Churritos Party» que fuera la versión castiza del té de la señora Pailin que se antoja rancio, soso y tristón. Esta convención puede tener un aire americano pero el acento es madrileño a todas luces.
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