Ana y los 7

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Difícil papel el que le ha otorgado el productor de la serie a Ana, pero esta vez no es Ana Obregón sino Ana Mato que se tiene que enfrentar a los siete pecados capitales de su partido y superar siete pruebas que lleven al final del laberinto, (con este argumento Dumas hubiera hecho un novelón cojonudo). El producto es Mariano Rajoy que amenaza con rodar “Que sea la última vez”, con Dolores de Cospedal y Esteban González Pons de protagonistas, en el caso de que “Ana y los 7″ no sea un éxito popular en taquillas.

Primero, deberá pacificar las aguas y no agitarlas con su intervención que debe ser secreta como la de todo político pero que ya es pública, (como le gusta que sea a todo político).
Segundo, allanar el camino de Rato hacia la presidencia de Caja Madrid con todos los medios que tenga a su alcance.
Tercero, convencer a Blesa de que se marche en el mes de enero, dilatar más el relevo puede llevar a que Rato se canse o a que Blesa se atrinchere.
Cuarto, lograr que Gallardón retire el recurso presentado en un juzgado de Madrid y que todavía no ha retirado, (igual es que no ha tenido tiempo).
Quinto, ponerse de acuerdo con los grupos de la Asamblea de Madrid.
Sexto, sugerir el nombre de Rodrigo Rato para la presidencia de Caja Madrid y que el Grupo Popular lo apoye.
Séptimo, hacerlo todo sin romper el botijo.

El papel es de lucimiento pero en la serie de “Ana y los 7″ hay escenas peligrosas no exentas de dramatismo. Y, esta vez, no se puede buscar a una doble para que arriesgue su cara. Uma Thurman tuvo que aprender Kung-Fú para hacer el papel de “Kyll Bill”.
Las únicas armas de Ana Mato serán un bolígrafo y un papel, y llegado el caso podrá sacar el código ético para asustar a los fantasmas.

En los próximos días veremos espectaculares resultados. Hay que estar atentos a la pantalla.

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