Horizontes lejanos

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Zapatero ha pedido a los suyos que aplacen el debate sobre candidatos a autonómicas y municipales hasta que concluya la presidencia de España en la UE. Traducido a la política local: los socialistas no tendrán candidato al Ayuntamiento de Madrid hasta dentro de un año. El malestar es notable puesto que Tomás Gómez ya le había pedido a Zapatero que le dejara las manos libres para iniciar el proceso de designación, así que este aplazamiento provoca incertidumbre y temor ante la llegada de otro “paracaidista”. Si el PSOE es un pajar en el PSM están hartos de ser ellos los que siempre encuentran la aguja bajo su pantalón, el escozor les lleva a la melancolía.
Esta mañana Aguirre recibirá a Gómez en la Puerta del Sol y se dará el partido de vuelta del “concurso de juegos florales” cuya primera parte la vimos en los pasillos de la Asamblea de Madrid cuando Tomás le vaciló a la presidenta con ser la próxima candidata del PP al Ayuntamiento y ella le respondió con un “¡qué cachondo, pero si tú no eres ni diputao!”. Es de suponer que Aguirre le volverá a meter el dedo en la córnea a Gómez con las candidaturas del PSM. La reunión puede acabar en conjuntivitis.
Mientras tanto David Lucas se mosquea, y con razón, puesto que le pueden dejar sin escalera ahora que estaba en todo lo alto luciendo la brocha. El nuevo concejal socialista, Gabriel Calles, se temía hace unas semanas en su blog que Ferraz designara el candidato al Ayuntamiento con el mando a distancia. Un año es una barbaridad en política, para entonces Gallardón será un alcalde consolidado por los Juegos o un aspirante a puesto cercano a Rajoy, en todo caso será mucho más sólido que ahora. Gallardón es el Leo Messi de la política madrileña, resulta insólito que Zapatero renuncie a marcarle en zona y le deje el área para que trote a voluntad.
En la reunión del sábado Zapatero dijo que gobernar también era tomar medidas improvisadas pero en el caso del Ayuntamiento de Madrid va un paso más allá, lo que hace es obligar a Tomás Gómez a jugar a la ruleta rusa. Sería impensable que lo hiciera con Montilla pero Madrid le parece a Zapatero un lugar estupendo para hacer experimentos. Los clásicos, como Leguina, recuerdan que los experimentos con gaseosa son menos arriesgados.

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