Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Un famoso eslogan de los años setenta decía: “cuando un bosque se quema algo suyo se quema”, (y con spray habían añadido.: “algo suyo, señor conde”, para dejar claro quién era el dueño). Algo parecido se puede decir de la candidatura de Madrid 2016 porque cuando el proyecto sale mal parado también el fallo afecta al alcalde. La primera consecuencia es que ahora no le va a quedar más remedio a Alberto Ruiz Gallardón que hablar de política nacional. Hasta el momento ha vivido bajo la nube “guay” de los Juegos pero no se le conoce una palabra acerca de las escuchas del PP, ni del seguimiento que una agencia de espías ha hecho al número dos de Esperanza Aguirre, Ignacio González, y mucho menos se ha pronunciado acerca de la crisis, o ha sido crítico con Zapatero.
Tengo una corazonada: (si el día 2 de octubre nos vuelven a catear como según parece por el informe del COI), Gallardón tendrá que descargar toda la tensión olímpica acumulada. Y, pudiera ser, que para soltar músculo lanzara una jabalina sobre la espalda de Dolores de Cospedal, (quién rápidamente culparía al Gobierno de un extraño dolor en las cervicales). Si el arquero Rebollo encaramó la flecha en el pebetero de Barcelona, Gallardón puede meter una lanza por una ventana de la planta séptima de la calle Génova puesto que lleva tiempo ensayando el tiro.
Aquí ha habido un error lamentable: alguien olvidó poner en la carpeta de los evaluadores lo importante que era para el PP que Gallardón siguiera entretenido con la causa olímpica. Si llegara a quedarse sin Juegos, y sin obras, Gallardón tendría que hacer política, quizá por eso Rajoy se aventuró a nominarlo anticipadamente como candidato a la alcaldía en las próximas elecciones. Pero sería de mucho extrañar que el alcalde de Madrid se resignara a actos protocolarios simples como entregar las llaves de la ciudad a mandatarios extranjeros, o estrechar la mano helada de los Reyes Magos el día de la cabalgata. Lamentablemente alguien olvidó poner en la carpeta la importancia geoestratégica de Gallardón ocupado. Eso era más importante que el estudio de impacto acústico del Voley Playa que encargó Ana Botella, (sic).
Los miembros del COI han sido muy injustos, han visto en la candidatura madrileña unos defectos que han dejado pasar en el resto de ciudades. De hecho admiten que Río de Janeiro no tiene plazas hoteleras; tienen claro que allí no van a pegar ni ojo. De todas formas no todo está perdido, falta el “efecto Alberto”, cuando el Príncipe de Mónaco haga alguna de sus ocurrentes preguntas. Confiemos en “Alberto” para salvar a Alberto.
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