Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Se han perdido las formas. Antes tenía su gracia el alguacil que hacía sonar la cornetilla y después gritaba a todo pulmón: “¡por orden del señor alcalde se hace saber!”. Ahora se colocan carteles a quemarropa contra el enemigo, (bien es verdad que la cornetilla no se oiría con la bronca de las obras, el alguacil tendría que ser el batería de un grupo heavy). El caso es que el Ayuntamiento de Madrid, y por aquello de ayudar, colocó tremendo cartelón en el que se anuncia que las obras están paralizadas por orden de la Comunidad de Madrid; les faltó valor para añadir: “¡ha sido Esperanza!”, pero no descartemos nuevos episodios en la guerra de los carteles madrileños.
Hace un par de días una mano “anónima” ha entrado en liza para escribir: “Gallardón faraón”, la rima es fácil pero el mensaje es perverso. Urge una revisión de las cámaras de seguridad de los cajeros automáticos para saber quién ha sido. Si las imágenes ofrecieran como una señora se baja de una moto de madrugada, y saca el bote de spray del bolso, entonces tendríamos lío. Un equipo del C.S.I debería analizar la tinta porque si se tratara de buena calidad esos pasos nos llevarían hacia la Puerta del Sol. Descartado que Felipe IV fuera votante del PP y en su caso “aguirrista”, nos queda la duda de si alguno de los polígrafos que tenía Alberto Sáiz en el CNI pudiera ayudar. Si la pintada hubiera sido: “Alberto calladito estás más mono”, entonces no cabría duda, y es de suponer que la autora acudiría de buen grado a pagar la multa de pocos euros por emborronar carteles urbanos, sobre todo porque esa foto le daría grandes portadas y por lo tanto le saldría a cuenta.
El PSM tiene coartada ya que todavía no ha presentado candidato a la alcaldía y eso que ayer Tomás Gómez se lo pidió a Zapatero pero éste piensa más en cómo rebajar su marca personal de correr por la playa que en resolver galimatías madrileños. También se descarta a José Blanco porque tras años de ser el malo de la película ahora está por las “cercanías”, (las férreas y las menos férreas que llevan a las relaciones humanas).
Ojo porque así empezaron en Bélmez y fue el origen del mayor culebrón del verano que atrajo a los parapsicólogos de medio mundo, y tuvo a doña María Gómez con la casa patas arriba y sin poder fregar el suelo con “Don Limpio”. Una tontería que empieza en verano llegar a alcanzar niveles de cisma político de gran altura. Las puertas de los baños están llenas de parecidos diálogos anónimos que entretienen en esos momentos de obligada clausura y plácida inspiración.
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