Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
El PP ha mandado callar para no meterse en guerras de declaraciones cruzadas acerca de la trama Gurtel, pero Rita Barberá es otro de los versos sueltos que tiene ese partido y ha abierto la boca para decir una sandez como es comparar los trajes de Camps con las anchoas que le regala el presidente de Cantabria a Zapatero. De momento regalar anchoas no es delito salvo que luego te concedan una licencia para navegar en aguas costeras de Cantabria, (si las tuviera), y Zapatero obtuviera algún beneficio de la flota naval del presidente Revilla. Más bien parece que Camps se ha metido él solito en un lío por decir que se paga los trajes y luego no poder demostrarlo y de ahí a que exista una presunta cadena de favores que le pueda salpicar, (y de paso al PP que no ha puesto un cortafuegos, muy al contrario se han lanzado en pelotón en una defensa ciega de legión macedonia).
Si Rita Barberá y los que también “ritan” como ella creen que levantando humo se espesa el ambiente es que andan equivocados. No se trata de aceptar un regalo de menor cuantía y cuya pena en el Código Penal son seis meses como mucho, se trata de que el magistrado vincula al presidente valenciano con una presunta trama de favores, amigos y comisiones. Y de ahí a la “presunción de decencia” que debe tener todo cargo público; de momento Camps está acusado porque por eso tiene una comparecencia ante el juez en los próximos días.
El “todos somos Paco” se puede volver un cántico envenenado, así como ahora se entiende mal que durante la campaña Rajoy hiciera diversos actos en Valencia y sólo el cierre en Madrid.
Seguramente que Paco Camps será un tipo simpático de carisma inigualable en esa orilla del Turia pero eso no quiere decir que no deba dar las explicaciones oportunas ante el tribunal. Que no nos haga creer Rita que todo es una broma de “pagafantas” que cuesta lo que vale un bocadillo de anchoas.
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