Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Ilustre séquito de evaluadores del COI: no se van a encontrar a una población más solícita, no van a encontrar a gente más entregada que el pueblo de Madrid. Le hemos hecho caso al llamamiento del alcalde y durante el tiempo que dure su visita nos vamos a portar bien. De verdad. En serio. Palabrita. Miren que nos va a costar porque este es un pueblo díscolo y poco dado a poner la otra mejilla, así que dense prisa en evaluar no vaya a ser que nos florezcan las malas pulgas.
Están ustedes en su casa, y como una gran familia deben entendernos, es decir gente que se lleva mal pero que convive con plena armonía. En ninguna otra ciudad candidata se van a encontrar mayores emociones que en ésta donde al furor de las obras se unen los odios políticos y las zancadillas partidistas. Es más, si tuvieran el acierto de elegirnos piensen lo bien que iba a quedar una inauguración con tres palcos: uno para el Gobierno, otro para la Comunidad de Madrid y otro para el PSM. Pregunten ustedes por qué se llama “la caja mágica” al nuevo pabellón de tenis de Usera; no es “mágica” en homenaje a Juan Tamariz sino porque fue capaz de reunir a las tres administraciones aunque fuera durante un minuto. Y, ahora con la presencia de José Blanco como Ministro de Fomento (del buen rollito), podría darse la circunstancia de que el Gobierno abriera líneas de metro que fueran en paralelo a los túneles ya construidos por la Comunidad de Madrid. ¿No es emocionante?
Piensen los evaluadores que no hay otra ciudad que vaya a disfrutar más con los Juegos. Es una pena que el entusiasmo popular no cuente en su baremo de puntuación porque entonces nos saldríamos del cuadro. Es posible que las otras ciudades puedan presumir de mejores infraestructuras, (lo dudo), pero para calor y color: Madrid 2016. Piensen que lo interesante que puede ser la maratón por la Gran Vía en plena canícula de julio, y a esos atletas siendo adelantados por los del top manta que huyen de la Policía Municipal. Piensen lo que puede ser La Cibeles coronada con la menor excusa cada noche. Piensen en los atletas que quedan fuera de las competiciones pero de lleno metidos en la noche madrileña.
Ya lo decía Manuel Camps, (el del anuncio): “busquen, comparen y si encuentran otra ciudad mejor, más divertida, cómprenla”.
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