Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
De los políticos en campaña hay que huir porque se convierten en personas enajenadas que hacen cualquier cosa por conseguir un voto. Pierden el oremus y son capaces de levantar a bebés dormidos de sus sillitas con tal de salir en la foto; por lo tanto no conviene sacar a los niños al parque cuando viene una caravana electoral.
Hacen y dicen unas cosas rarísimas, por ejemplo a Ibarretxe no le molesta que le comparen con mistes Spock, un persona de “Star Trek”, esa cuna de frikis. En condiciones normales a uno le comparan con el marciano orejón y manda a tomar por “bermejos” a su interlocutor, en cambio el lehendakari tenía que poner buena cara y pedir que le sacaran en un comic. Y, si le hubieran dicho que se parecía a la casera de Filemón también habría alabado la oportuna jocosidad de ese comentario. Ahora bien, como Ibarretxe vuelva a ganar las elecciones se va a enterar hasta el último linotipista que tiene esa imprenta.
Dice Boadella que los políticos son actores malos porque se les nota la actuación y se les ve el papel por debajo de la manga, como si temieran perder el hilo del argumento que les toca defender según el partido.
Coincide esta campaña con los carnavales así que veremos muchos disfraces y algunas guasas, todo lo que conduzca al voto puede ser objeto de chirigota coral. De ahí que Ibarretxe aparezca como un tipo simpático aunque no se le haya visto sonreír nunca. Ibarretxe nunca haría de Hamlet, le falta escuela, en todo caso podría hacer el papel de calavera.
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