El papel de Mariano Rajoy

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Los docudramas o series de ficción basadas en hechos reales están de moda, TVE estrena esta semana la recreación de lo que se cree que ocurrió en el Palacio de La Zarzuela en la noche del 23F. Lo que puede dar audiencia a esa serie no es la veracidad del argumento sino la credibilidad de la situación. Pasado un tiempo a la gente no le interesa la verdad sino que el cuento suene bonito, ya puede usted haber sido Julio César para que luego el imaginario popular le ponga la cara de Charlton Heston.
Cuando pase el tiempo suficiente también alguien hará una comedia con el último año de Mariano Rajoy, y entonces podremos ver algunas situaciones hoy dramáticas contadas con el acompañamiento de una banda sonora. Sin duda que el guión tendrá muchos padres que se apuntarán a reconstruir la historia según les convenga, la dificultad va a venir a la hora de elegir a los personajes. Si lo ponemos en presente resulta más fácil de entender: ¿Qué actor en su sano juicio va a aceptar el papel de Mariano Rajoy?, sería un trabajo desolador, de los que pasan factura. Es un peligro, ahora mismo, hacer de Rajoy. Ninguna compañía de seguros firmaría la póliza.
En el último año ha perdido las elecciones generales, el trato de Aznar en el Congreso de Valencia, el adiós de María San Gil, el pulso de Gallardón, el no me resigno de Aguirre. Ha cedido el mando de la situación en Madrid, (si alguna vez lo tuvo), y ahora le golpea un turbio asunto en el que ha entrado el juez Baltasar Garzón. Pero es que, además, los candidatos regionales están hasta el “pirri” de su escaso liderazgo y se le rebelan, Nuñez Feijoo está harto de responder en la campaña preguntas sobre la trama de espías de Madrid, y Alicia Sánchez Camacho enloquece copiando el eslogan de Obama, (eso si que es “Alicia en el País de las Maravillas”). ¿Y qué hace Rajoy cuando dos fracciones de su partido se enfrentan en Madrid?, pues guardar el silencio de la siesta y dejar que los medios de comunicación interpreten sus vuelos de gaviota. Desde luego que el actor que haga de Rajoy va a tener que echarle una dosis extra de paciencia al personaje, más que un papel lo que va a interpretar es a un crápula en una partida de póker. Rajoy se mira al espejo y parece que esa barba le está creciendo a otro. Su ausencia de la política española le deja a Zapatero toda la extensión de los jardines de Moncloa, en caso de haber sido planta y no persona ahora sus raíces habrían sido devoradas por el sauce de Zapatero.
Tendremos que esperar a que se escriba la serie y a que, posteriormente, se emita el docudrama. Quizá así la audiencia podrá premiar al personaje lo que al político le negaron en votos.

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