Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Nunca se sabe dónde hay que poner una vela, si a Botín o a Solbes, nunca se sabe dónde puede nacer una vocación tardía y dónde podemos encontrar el camino de salvación. Zapatero lo tiene complicado con los intermediarios, con los obispos españoles no tiene nada que hacer porque le tienen enfilado, pero tirando por elevación igual consigue que se lleven a Moratinos como monaguillo en El Vaticano. Otra de las posibles salidas a la crisis puede ser potenciar los vacíos seminarios, como el de Astorga, y animar la producción textil para que se vuelvan a cortar sotanas como en los buenos tiempos.
Tal ha sido el derroche de amabilidad con monseñor Bertone que el número dos del Papa le ha tirado un piropo a Fernández de la Vega; por ahí cuidado porque se busca potenciar vocaciones, no que los cardenales las pierdan. Una aventura de Bertone con De la Vega podría ser el inicio de un nuevo cisma, un cataclismo en la Iglesia católica. Sólo faltaría que enviaran a Solbes a llevar las cuentas de El Vaticano para acabar con la solvencia económica de dos mil años.
Zapatero reza para que todos los males se pasen en dos meses, apenas lo que dura el inicio de una pasión. Y si miente se puede condenar en el hornillo eterno que el diablo tiene prendido para las almas cándidas.
El pecado es poca cosa al lado de la crisis que nos aterra. A fin de cuentas qué es una eternidad en el infierno comparada con una legislatura en crisis.
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Etiquetas: el boletín, opinion